La Claridad Provisto en La Verdad

                                           Proverbios 19

Por favor lea Capítulo 19 de Proverbios 

17  A Jehová presta el que da al pobre;

el bien que ha hecho se lo devolverá.

Siempre hay largas listas de razones para no ayudar a los pobres - "Gastaron su dinero incorrectamente. Desperdiciaron su oportunidad. Tomaron malas decisiones.  No son personas responsables".                      Gracias a Dios por su gracia hacia nosotros. No merecemos estar eternamente en el cielo. Él nos dio vida eterna por su bondad, no por nuestra dignidad. ¿Quiénes somos nosotros para exigir algo de los pobres para ayudarlos?                                                                                                                               El Señor sabe que los pobres no pueden pagarnos. Sin embargo, Él nos anima a ayudarlos y Él lo recordará. Deberíamos animarnos unos a otros a ser generosos con los pobres. Generosos. Nuestro Salvador ha sido más que generoso con nosotros.                                                                                                                   "Pero muchos primeros serán últimos, y los últimos primeros."  (Mt. 19:30)  Piénsalo.  

18  Corrige a tu hijo mientras aún hay esperanza;

    no te hagas cómplice de su muerte.

Se han realizado muchos estudios sobre las habilidades sociales de los niños que no reciben nalgadas y los resultados no son buenos. Los niños que no reciben nalgadas no aprenden a pensar en los demás.  Son propensos a ser narcisistas. Son egoístas. Otros niños no quieren jugar con ellos porque lo quieren todo para ellos. A medida que crecen, el egoísmo no mejora.                                                           El glúteo mayor es el músculo más grande del cuerpo humano. Nos sentamos en él. Nos ayuda a caminar. También está diseñado para ser golpeado con un instrumento plano para llamar la atención de un niño desobediente. Este proverbio dice que es mejor dar una nalgada a un niño que participar en su muerte (espiritual). Los niños que no entienden el bien y el mal - y las dolorosas consecuencias del mal comportamiento - tendrán dificultades para entender a un Dios santo.

27  Cesa, hijo mío, de escuchar la instrucción,

Y te desviarás de las palabras de sabiduría.

No es difícil "sentir" dónde se encuentra espiritualmente alguien, ya sea un adulto o un niño.  Hay una "sinceridad" y una "apertura" en torno a alguien que se puede enseñar.  Esta actitud no se puede fingir.  Mucha gente piensa (erróneamente) que pueden "actuar" como un cristiano en crecimiento.  No podemos fingir el deseo de crecer.   Este proverbio dice que cuando comenzamos a fingir, comenzamos a alejarnos del Señor.  Hay gente que lleva tiempo alejándose.