Lucas 2:14
Gloria a Dios en las alturas,
Y en la tierra paz entre los hombres en quienes Él se complace.
Hace poco más de 2.000
años, había un pequeño grupo de jóvenes adolescentes sentados/durmiendo en un
campo oscuro vigilando un rebaño de ovejas. La noche era fresca y había poco o
ningún ruido. En aquel entonces, no había mucha gente viva. Sin electricidad.
Estaba oscuro. Tranquilo.
De repente, el cielo se iluminó. Una luz brillante. ¡Los ángeles brillaron
intensamente! Y este enorme grupo de ángeles empezó a cantar.
Los jóvenes estaban profundamente asustados. Esto no tenía sentido.
Nadie había visto esto nunca. Ángeles iluminando una
noche oscura y tranquila y cantando. Al principio, estaban tan sorprendidos que
no entendían lo que decían los ángeles en su canción. Los pastores estaban más
centrados en escapar que en escuchar. Pero cuando se dieron cuenta de que este
coro súper brillante de ángeles flotando en el aire no iba a hacerles daño,
escucharon las palabras: “Gloria a Dios en las alturas..."
Los ángeles fueron creados para glorificar a Dios, al igual que nosotros
los seres humanos. Glorifica a nuestro Creador. Estos ángeles estaban haciendo
lo que el Padre les había ordenado que hicieran. “VAYAN y cantan” – celebramos el
nacimiento de Mi Único Hijo con los pastores. En un campo abierto en medio de
la nada.
Entonces, los ángeles fueron a un prado y le cantaron a un grupo de
jóvenes asustados. Dios ha nacido. Dios – el Hijo – envolvió a Su santa deidad
– Su Yo eterno – en carne humana.
Entonces los ángeles continuaron alabando a Dios como les decían.
"En la tierra – paz". Antes de esta noche especial, durante más de
8.000 años, la humanidad había estado separada de su Creador. Adán y Eva
desafiaron a su Creador y se rebelaron. Su rebelión provocó que la creación
quedara bajo maldición. Muerte. A todos los seres vivos. La humanidad fue
separada de su santo Creador por el pecado.
Con el nacimiento del Hijo de Dios – Jesucristo – se inició el proceso
de restauración – la paz con Dios. Jesucristo vino a esta tierra para morir.
Muere en nuestro lugar. Paga por nuestros pecados, nuestra rebelión. Para que
podamos tener paz con el Dios vivo. Nuestro Creador nos ama tanto: envió a Su
único Hijo para que todo aquel que en Él cree tenga paz. Paz eterna con el Dios
vivo. Estaremos con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo para siempre gracias
a lo que Dios ha hecho. Y nuestra salvación fue anunciada a un grupo de jóvenes
en un campo tranquilo y solitario hace poco más de 2.000 años. Ángeles, miles y
miles de ángeles cantando – “Gloria a Dios en las alturas – y en la tierra –
paz a los hombres con quienes Dios muestra Su favor”.
Paz.
Paz eterna.
Somos más que bendecidos.
Favor de escribir tus comentarios o preguntas aquí. Gracias.
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