Filipenses 3:8
Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor.
Por Él lo he perdido todo,
y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo.
Luchamos en esta vida caída con el deseo constante de "lograr u
obtener" algo que podamos "ver" o "mostrar" a los
demás que hemos hecho bien. Somos prisioneros de una “carne” que insiste en ser
reconocida, comprendida, y consentida. El “mundo” está lleno de distracciones y
comodidades que nos hacen más difícil “negarnos a nosotros mismos” (Luc. 9:23).
Pablo había logrado mucho en su vida espiritual antes de encontrarse con
Jesucristo en el camino a Damasco. Era un líder de los judíos. Tenía
credenciales impresionantes y mucha autoridad. Según Filipenses 3:8 – “lo
consideró excremento” (literalmente). Pablo usó una palabra enfática para
rechazar sus logros en esta vida.
Necesitamos esforzarnos por “ser santos” (2 Timoteo 2:14-21) mientras
aprendemos a “negarnos a nosotros mismos”. A medida que nos parecemos más a Él,
nuestros deseos confusos se vuelven más claros. Nuestra carne pierde su poder
sobre nuestros pensamientos. Estamos siendo “santificados”. Y esto es lo que
Pablo había aprendido tan profundamente. Rechazar con repugnancia quiénes somos
(y fuimos) en esta vida. Las cosas que tenemos (o que no tenemos pero que
deseamos obtener) nunca nos definirán. Los títulos, el reconocimiento, los
esfuerzos que hacemos por nosotros mismos, cuando dejamos esta vida, no tienen
sentido. Salomón – el hombre más sabio que jamás haya existido lo dijo bien -
Como salió del vientre de su madre, desnudo, así volverá, yéndose tal como vino. Nada saca del fruto de su trabajo que pueda llevarse en la mano. (Ecc. 5:15)
No es "racional" esforzarse por obtener o recoger cualquier
"cosa" en esta vida. Pero nos despertamos cada mañana con el mismo
poderoso anhelo de “tener algo” – “hacer algo” por nosotros mismos – por
nuestra “carne”. Este deseo debe ser destruido. Crucificado. Es una batalla
continua que el Espíritu Santo puede vencer – cuando nos rendimos a Él (Ef.
5:18).
Favor de escribir tus comentarios o preguntas aquí
ReplyDelete