Quédese Quieto y Sepa

Salmo 46:10

Estén quietos, y sepan que Yo soy Dios;

Exaltado seré entre las naciones, exaltado seré en la tierra. 

¿Cuánto tiempo puedes pasar calladamente? – ni teléfono celular, ni nadie en la habitación, ni televisión, ni computadora – solo tú – y el Espíritu Santo.

Es BUENO contemplar y meditar en las Escrituras (Sal. 1:2-3). Es MEJOR hacerlo en silencio. Sin distracciones. Sin excusas, sin justificaciones.

Estate quieto. – En esta vida “conectada” – esa es una experiencia casi imposible. Especialmente cuando esta petición se hace a las generaciones más jóvenes. Estate quieto.

La quietud es una de las últimas cosas que queremos como pecadores. Todos preferimos el "ruido". Porque nuestros corazones son “ruidosos”. No pensamos con claridad. Si lo hiciéramos, la convicción que observamos se vuelve más clara, más profunda. Nuestra “carne” no quiere honrar a Dios (Ro. 8:1-8). Lucha continuamente contra Él. Por eso no queremos – ESTAR QUIETOS.

Pídele al Espíritu Santo que te ayude a aprender a Estar Quieto.  Sobre una base regular. A diario. Sólo 5 o 10 minutos para comenzar. Si podemos aprender a meditar en la palabra de Dios mientras TODAVÍA estamos quietos, seremos más como Él. A medida que nos parezcamos más a Él (santificación), nuestra conciencia de Su amor y gracia se profundizará. No somos amables “por naturaleza”. Somos “naturalmente” egocéntricos y orgullosos. Necesitamos más de Él y menos de “nosotros”.