Juan 8:31-32
Por
tanto, Jesús decía a los judíos que habían creído en él:—
Si ustedes permanecen en mi palabra
serán
verdaderamente mis discípulos;
y conocerán la
verdad, y la verdad los hará libres.
No es agradable tener un
problema grave. Nos preocupamos y estresamos por lo que creemos que son
problemas graves. Perdemos el sueño. No podemos pensar con claridad. Nuestro
grave problema consume mucho “tiempo” que el Señor nos ha prestado en esta vida.
Hay algo que es mucho peor que tener un problema grave. Mucho peor que
el estrés y las dudas que provocan nuestros graves problemas. Es mucho peor
tener problemas graves de los que ni siquiera somos conscientes. Dañamos
nuestra vida espiritual más de lo que nos damos cuenta porque nos aferramos
a la “vieja vida”. Creemos que nuestras madres y padres (o las personas que
nos criaron) nos enseñaron las cosas importantes a las que debemos prestar
atención (o si nos criaron mal, gastamos mucho esfuerzo en tratar hacer el opuesto de ellos - que al mismo tiempo es confusión). Tomamos los criterios que aprendimos de ellos, basados en su
comprensión de “cómo” se debe hacer la vida, y caminamos hacia adelante con
Jesucristo exigiendo que Él comprenda y esté de acuerdo con nuestra perspectiva.
Esto es profundamente equivocado.
Equivocado.
Jesucristo no murió en una cruz para adaptarse a “nuestra forma de
pensar”. Él nos instruye, muy claramente, a "negarnos a nosotros mismos (es
decir, no sabemos lo que estamos haciendo), tomar nuestras cruces (morir) y
seguirLo" (Lucas 9:23). SIGUELO. No podemos liderar con nuestra forma confusa de
pensar. Todos lideramos (o intentamos hacerlo). Pero no funciona. Y nunca
funcionará. Pasamos la mayor parte de nuestra vida cristiana viviendo
incorrectamente porque no sabemos que tenemos un problema.
El grave problema que tenemos –y es GRAVE– es que no sabemos vivir hoy
correctamente. Hablamos palabras y hacemos cosas sin preguntarle a Jesucristo
si esto es lo que Él quiere. No Lo seguimos. En nuestro orgullo innato e
insistente, Le exigimos que viva las vidas confusas que elegimos vivir.
Entonces, ¿qué vamos a hacer si no sabemos cómo vivir hoy?
Proverbios 3:5-6 ofrece un lugar claro para comenzar:
“Confia en el SEÑOR con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia."
Necesitamos entender que NO ENTENDEMOS.
Y este pensamiento nos lleva a las sabias palabras de Jesucristo en Juan
8:31-32. SI permanecemos en Su palabra, entonces REALMENTE somos Sus discípulos. Y conoceremos la verdad (Jesucristo es la verdad), y la verdad nos hará
libres (de todas las creencias falsas que tenemos que impiden nuestro
crecimiento en Él). Caminamos encadenados y no las sentimos porque las cadenas
siempre han estado ahí.
Jesucristo quiere enseñarnos
cómo vivir hoy. ConociéndoLo.
Confía en Jesucristo. Él te ama más y mejor que tú. ¡Realmente lo hace!
Favor de escribir tus comentarios o preguntas aquí. Gracias.
ReplyDelete¡Tienes toda la razón!
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