1 Juan 5:14
Esta es la confianza que tenemos delante de Él,
que si pedimos cualquier cosa
conforme a Su voluntad,
Él nos oye.
Debemos considerar este
versículo cuidadosamente.
El verso comienza con confianza. ¿Pasamos mucho tiempo “confiando” en
nuestro Señor? Si lo hacemos, debemos estar preparados para vivir lo que Él
quiere, no lo que nosotros hemos elegido hacer. Parece que la primera parte de
este versículo es un gran desafío para nosotros. ¿Cuánto estamos dispuestos a
“confiar” en Él?
Si estamos dispuestos a confiar nuestras vidas al Señor – entonces
tenemos la actitud correcta para la segunda parte – “si se lo pedimos”. Tenga
en cuenta la palabra – “si”. La gran mayoría de los cristianos que conozco
“preguntan” todo el tiempo. Piden para cosas, mejores cónyuges, hijos con buen comportamiento, etc… – “piden”
todo el tiempo. Parece que el “pedir” en el versículo 14 ocurre ocasionalmente
– no constantemente. El “si preguntamos” implica que no pediremos mucho. Cuando
confiamos y tenemos seguridad en el Señor, nuestras “pedidas” disminuyen dramáticamente. Cuando confiamos en
Él, no necesitamos todos los elementos de la lista anterior (“cosas”, etc.). O
mucho de cualquier otra cosa. Cuando confiamos en Jesucristo, entendemos y
creemos que Él organiza nuestras circunstancias para Su gloria. No insistimos
en “hacer lo que quiero” y exigir que otros respondan a nuestras “necesidades”. (“Necesidades” falsas y
egoístas. En realidad, no son “necesidades”;
son “demandas” imaginadas basadas en el poder de nuestra carne para engañarnos.)
Entonces, después de que nuestras “peticiones” disminuyan
dramáticamente, porque “confiamos en Él”, debemos aprender a “pedir según Su
voluntad”. Este es otro aspecto importante de la oración. La mayoría, la gran
mayoría de las “peticiones” que he hecho y que he escuchado de otros
cristianos, no están en la voluntad de Dios para nosotros. Dios no es un genio
en el cielo que agita una varita y la vida es mejor. Ese no es Su propósito ni
Su plan. Es Su voluntad que Su reino se expanda y Él sea glorificado. Esa es Su voluntad. Cuando “pedimos” a Dios que “nos dé
esto” y “arregle aquello”, no estamos pidiendo según Su voluntad. Nuestras
circunstancias son las que son para Su gloria y nuestro beneficio. No hay nada
que cambiar en ellos. No estaríamos donde estamos ahora si no fuera Su
voluntad. Por lo tanto, nuestras peticiones a Él deben basarse en hacer avanzar
Su voluntad, no la nuestra.
Si nos acercamos a Dios con nuestra perspectiva de acuerdo con la Suya –
confiamos en Él, solo pedimos cuando avanza Su reino y lo glorifica, pedimos
según Su voluntad – Él nos escucha. Y eso es suficiente. Sabemos que nuestro
Señor nos ama. Él dio su vida por nosotros. Entonces, confiamos tranquilamente en Su respuesta o en Su silencio.
Comentarios aquí. Gracias.
ReplyDelete