Romanos 8:31-32
Entonces, ¿qué diremos a esto?
Si Dios está por
nosotros,
¿quién estará contra nosotros?
Él que no negó ni a Su propio Hijo,
sino que lo
entregó por todos nosotros,
¿cómo no nos dará también junto con Él todas las
cosas?
Si Dios nos ha elegido,
¿quién puede detenerlo? ¿Quién puede estar contra nosotros? Deberíamos
considerar esto cuidadosamente.
Tenemos algunos vecinos al lado de nuestra iglesia. No son creyentes. No
son amables. ¿Quién puede esperar que lo sean? No conocen al Señor vivo. Cuando
los veo, siento compasión. No les agrado porque les exijo que sean respetuosos
y limpios. No es así como desean vivir. A pesar de su malestar conmigo, siento
compasión por ellos. Su final es terrible. No tienen esperanza. Su juicio es
seguro – si no reconocen a Jesucristo como Señor.
Y para aquellos de nosotros que - por Su gracia - lo reconocemos como
Señor, ¿quién puede estar contra nosotros? Estamos en el equipo ganador. No
elegimos el equipo, lo hizo Jesucristo. ¡¡En Su gracia – ganamos!! Pasaremos
para siempre en el cielo con Él. No porque hayamos hecho algo bueno, no lo
hacemos. Sino porque Él nos eligió. Mientras pecábamos contra Él, Él nos
escogió.
Y si el Padre permitió que Su Hijo muriera por nosotros, ¿cómo querría
negarnos cualquier otra cosa que Él tiene? Él ya ha pagado el precio más alto y
cruel que un Padre puede pagar: la muerte de Su único Hijo en una cruz
terriblemente fea. Después de soportar tanto para salvarnos, Él nos colmará de
Su amor y gracia cuando estemos con Él para siempre.
Así que, mis queridos hermanos y hermanas, vivan hoy para Él. No para
ustedes mismos. No te preocupes por la cantidad de polvo que tienes (o no
tienes). Aquí abajo sólo hay polvo. Vive para las cosas buenas. Las cosas
eternas. Agradece que nada pueda impedirnos recibir muchas cosas realmente
maravillosas cuando estemos con Él para siempre. Viva por y para Jesucristo hoy.
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
ReplyDelete