Salmos 23
El Señor es mi pastor,
Nada me faltará.
Este famoso Salmo comienza con una declaración increíble. El Señor es mi
pastor. El Creador de todo lo que es o será alguna vez se humilló lo suficiente
como para querer “pastorearnos”. Él quiere compartir esta vida con nosotros. No
porque merezcamos este honor, no lo hacemos. Sino por la profundidad de Su amor
ágape. Él nos ama tanto que, incluso cuando lo ignoramos o negamos diariamente,
Él espera pacientemente en nuestros corazones con un profundo deseo de
“pastorearnos".
Para aquellos de ustedes que no han visto a un pastor o lo que hace, es
necesaria una explicación rápida. Un pastor de un rebaño de ovejas pasa años
cuidándolas. Conocen su voz y él le da un nombre a cada oveja. Las ovejas
dependen de su guía desde el corral hasta los campos donde comen. Las ovejas no
son animales inteligentes. Olvidan el camino a casa todos los días. Por eso
necesitan un pastor que los guíe. Un pastor también protege del peligro a las
ovejas de su rebaño. Lucha contra los animales hambrientos. También disciplina
a las ovejas “revoltosas” que no quieren obedecer y permanecer con el rebaño.
Nuestro Señor es un Pastor tan poderoso que inspiró al pastor David en
el Salmo 23 a hacer otra afirmación increíble. “Nada me faltará”. Somos muy
lentos, la mayoría de las veces nunca aprendemos lo que significa confiar en
nuestro Pastor. Aquí declara muy claramente que nada nos faltará. La mayoría de
los cristianos (hijos e hijas adoptivos de Dios) no creen en esta afirmación.
Se ponen nerviosos y estresados cuando sus vidas no están “bajo control”. Si
no hay una manera segura de poner comida en la mesa mañana, no pueden dormir.
Hay cristianos que han muerto de hambre. Pero una vez más volvemos a la proclamación del Señor. “Nada nos faltará.” Todos los cristianos que han muerto están en un
lugar eternamente mejor. Independientemente de lo que nos suceda en esta vida
caída, la afirmación de nuestro Señor de que nada nos faltará es eternamente
cierta. Simplemente necesitamos confiar en Él y Su amor increíble.
La promesa del Señor de que "nada me (nos) faltará" es mucho más
fuerte y más grande que nuestro entendimiento. Necesitamos aprender a confiar
en Él con todo nuestro corazón y no apoyarnos en nuestro propio entendimiento.
(Pr. 3:5)
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
ReplyDelete