Romanos
1:20
Porque lo invisible de Él —
Su eterno poder y deidad —
se deja ver desde
la creación del mundo,
siendo entendido en las cosas creadas
de modo que no
tienen excusa.
Somos buenos
engañándonos a nosotros mismos. (Incluso como cristianos, tendemos a creer lo
que es conveniente, no lo que es verdad. Por eso el estudio personal de la
Biblia es tan importante). Después de que Adán y Eva comieron el fruto
prohibido, comenzaron a mentir, tanto a sí mismos como a Dios y uno al otro. “Engañoso es el corazón, más que todas las cosas, y sin remedio. ¿Quién
lo conocerá?” (Jer. 17:9) Una vez más, la verdad bíblica enseña en qué
podemos confiar: Jesucristo y Su palabra. Nuestros corazones son engañosos.
Peor aún, para los incrédulos. No tienen ninguna fuente de
"verdad". No hay nada que los "convenza" de los errores de
sus creencias. Y, a medida que nuestro Señor soberano elimina cualquier sentido
de “convicción” de los sistemas legales de todos los gobiernos del mundo, el
caos moral continúa creciendo exponencialmente.
Cuando alguien te dice que es ateo o agnóstico, debes sonreír por dentro. Sólo están siendo pecadores – se mienten a sí mismos y quieren creer sus
propias mentiras. Pero la palabra de Dios lo dice claramente – son mentirosos. A todos los seres humanos se
les demostrará, en el momento y lugar adecuados, que se mintieron a sí mismos.
Creación – un amanecer, una mariposa, un lago en calma, un árbol sólido, el
habla humana, bebés llorando – todas estas cosas y más – grita que hay un Señor
vivo. Y los seres humanos – en el fondo de su corazón – lo saben. Entonces, mientras compartes a Cristo hoy, no dejes que las
mentiras que se dicen los no creyentes te distraigan. Al contrario, las
mentiras que comparten en defensa de sus corazones malvados sólo demuestran más
claramente la verdad que encontramos en la Biblia. "Nuestros corazones son
engañosos". Peor aún para aquellos que no son salvos.
Así que comparte el evangelio hoy. Deja que las personas que conozcas
escuchen la verdad. Necesitan un Salvador hoy. Él, en el momento oportuno, les
mostrará cómo vivieron una mentira. Saben, en el fondo, que hay un Dios vivo.
No podemos convencerlos de esta verdad en esta vida. Es un acto de Su gracia.
Sólo podemos compartir la esperanza que tenemos en la cruz de Jesucristo.
Nuestros pecados son perdonados. Por Su gracia. Y nuestro Señor quiere que
compartamos el evangelio – la verdad que entendemos – hoy. A menudo. Él nos ama constantemente y quiere que “brillemos” para
Él con nuestra existencia en Él.
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
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