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Crónicas 29:11
Tuya es, oh Señor, la grandeza y el poder
y la gloria y la victoria
y la majestad,
en verdad,
todo lo que hay en los cielos y en la
tierra;
Tuyo es el dominio,
oh Señor,
y Te exaltas como soberano sobre todo.
¿Sabes quién pronunció
estas palabras? ¡Rey David! Este es su reconocimiento de la soberanía de Dios
sobre todos y sobre todo. (Mire cuánto donaron los judíos para construir el
templo de Dios en los versículos 1 Crónicas 29:5-9: toneladas de oro,
plata y piedras preciosas). En su oración, David entendió que TODO pertenecía a
Dios. David entendió quién era. Un hombre, creado por Dios, para honrarLo. Él
era rey sólo porque Dios lo escogió para ser rey.
En su oración, David honra a Dios por ser el Autor de todos y de todo.
Es bueno que recordemos que todo lo que vemos, todo lo que conocemos, toda
nuestra existencia está permitida porque nuestro Señor lo ha permitido. No hay
ningún pensamiento que alguna vez pensemos (ni siquiera en Él) que Él no lo
sepa. No encontraremos ninguna circunstancia que no sea parte de Su plan para
Su gloria. La Creación existe y avanza hacia la meta de que todo en la Creación
Le honre. “Para que ante
el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo, y en la tierra, y debajo
de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de
Dios Padre”. (Filipenses 2:10-11) Llegará el momento – en el plan eterno de Dios – en que Su creación Lo honrará por quién es Él y por lo que ha hecho.
Él es soberano. Él es Dios. Y será alabado.
Por Su gracia (amor inmerecido, perdón y bondad), por Su hesed
(amor fiel, fidelidad amorosa) entendemos quiénes somos (pecadores sin
esperanza) y quién es Él (un Dios santo y poderoso). Si no fuera por Su gracia,
no entenderíamos quién es Él. La mayoría de los seres humanos que alguna vez
vivieron no entienden (incluso los que han muerto y están en el infierno) quién
es Él. Su continuo rechazo de su creador los condena a una eternidad de
sufrimiento. Pero todos éramos así antes de que Su gracia nos convenciera de
nuestro pecado. Es Su gracia el que nos permite comprender el mal que habita
en nosotros.
Entonces, cuando el Señor se exalta como soberano sobre todo, nos
incluye a nosotros, Su pueblo escogido. Él es Señor sobre nosotros. Más aún… Él es
nuestro Señor porque Él nos creó. Él es nuestro Señor por segunda vez porque
nos “redimió” de nuestra esclavitud al pecado. Somos comprados por un precio. Y
Él disfruta de nuestra alabanza por todo lo que ha hecho. Pasemos el día de hoy
con una actitud agradecida hacia Aquel que ha creado todo lo que vemos. Él ha
sido más que bueno con nosotros – Sus escogidos.
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
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