Proverbios 18:21
Muerte y vida están en
poder de la lengua,
Y los que la aman comerán su fruto.
Este es un BUEN
recordatorio… Nuestras palabras son importantes.
Es fácil “crear hábitos” (fortalezas) donde decimos cosas dañinas,
hirientes. Y estos hábitos se convierten
en un método de expresión. Nos
“acostumbramos” a dañar a quienes nos importan diciendo cosas que causan
“muerte”.
Es mucho mejor usar nuestra lengua para exhortar y dar “vida”. Nos encontramos corrigiendo a los niños con
mucha más frecuencia de lo que los animamos. Hace varios años se realizó
un estudio donde se determinó que por cada comentario crítico, una persona (o niño) necesita tres elogios para recuperar su
autoestima o seguridad emocional.
Somos propensos a la autocrítica.
Entendemos que no somos quienes nos gustaría ser. Entendemos que somos personas pecadoras. (SÍ necesitamos ser disciplinados o
corregidos, según sea necesario). Nos lleva más tiempo superar un pensamiento
doloroso que olvidar un cumplido. En
nuestro estado caído, sufrimos una separación emocional de todos. Adán y Eva mostraron los resultados de la
“CAÍDA” inmediatamente. Y nuestras
lenguas pueden fomentar relaciones cercanas o más distancia. Elegimos “muerte” o “vida” con cada palabra
que pronunciamos.
Entonces, si una persona está en pecado, debemos, con un espíritu de
compasión y amor, ayudarla a elegir “morir” a esa parte de sí misma que
ofende. En este caso, las palabras de
“muerte”, dichas con compasión, son sabias.
De lo contrario, deberíamos pasar la mayor parte de nuestros momentos de
vigilia eligiendo palabras de “vida”.
Deberíamos querer animar y apoyar a los demás. Todo el tiempo. Después de todo, el Espíritu Santo
continuamente nos “anima” a mejorar mientras soporta pacientemente nuestras palabras y
pensamientos pecaminosos.
Entonces – seamos más “pensativos”
acerca de las palabras que elegimos.
Quienes nos rodean están en la misma lucha que nosotros. La vida es hoy más confusa y más amenazante
para todos. Hoy, y todos los días, elijamos palabras de “vida”
en nuestras familias, en el lugar de trabajo y en el cuerpo de Cristo.
Favor de escribir comentarios aquí. Gracias.
ReplyDeleteAmen. Gracias por el devocional de hoy.
ReplyDelete