Salmos 149:1
¡Aleluya!
Canten al
SEÑOR un cántico nuevo;
sea su alabanza en la congregación de los fieles.
Alelu – es la primera parte de esta combinación hebrea – Aleluya. Alelu (hebreo hll- ensalzar, alabar,
jactarse) YA es DIOS (YAHWEH). Alelú –
YA. ¡¡Alaba DIOS!!
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EXCURSO
ALELUYA
¿Cuál es el
significado de este llamado a la alabanza? Es necesario porque exige algo que
no se está dando o no se está dando lo suficiente; de hecho, la llamada surge
incesantemente, incansablemente, siempre de nuevo, porque aquello que pide se
reconoce como absolutamente necesario, sustentador, solidario de la comunidad y
porque en la comunidad está presente un impulso fuertísimo de alabar. Esta
compulsión, la convicción de que hll (hebreo - alabanza) debe tener
lugar, es el primer elemento que determina el llamado a la alabanza. Debe
ocurrir para que Dios sea reconocido, afirmado, confirmado en Su deidad, es
más, en la plenitud de Su deidad. Pero ese es sólo un aspecto; los numerosos
verbos paralelos de celebración y regocijo (→ gîl, → rnn, → śmḥ) demuestran que esta alabanza a Dios sólo
puede tener lugar con gozo, que es una expresión de gozo dirigido a Dios. Por
lo tanto, no se puede escuchar el llamado a alabar a Dios en el Antiguo
Testamento sin escuchar el llamado al gozo que lo abarca todo. Los elementos
que el Nuevo Testamento diferencia en la invitación a la fe y el llamado al
gozo son todavía uno en el llamado a la alabanza del Antiguo Testamento.
Como segunda característica, el uso del verbo demuestra un marcado
predominio de las formas plurales. El imperativo llamado a la alabanza existe
virtualmente sólo en plural. El hecho de que, casi sin excepción, una
congregación sea llamada a alabar muestra que el acto de alabar a Dios tiene su
lugar adecuado en la reunión congregacional; le es inherente el coro, la
pluralidad de voces. A través de la alabanza a Dios, la congregación expresa su
autocomprensión, su existencia ante Dios. En consecuencia, los instrumentos que
lo acompañan se mencionan explícitamente en el imperativo llamado a la
alabanza; ellos también pertenecen a un acto comunitario. Así, el hll se
establece como un elemento esencial del culto.
Un tercer elemento está estrechamente relacionado: este llamado a la
alabanza no se hace en el Antiguo Testamento únicamente a las personas. Este
fenómeno muchas veces no se toma suficientemente en cuenta. La alabanza es un
acto dirigido a Dios que puede involucrar a toda la creación; en ella (la creación), el ser
humano es una criatura entre otras. Esta observación implica que el ser humano
como ser racional, con facultades de juicio y convicción, no es propiamente
entendido como sujeto del proceso descrito por hll, sino como un ser criatura,
con características compartidas por las demás criaturas. En resumen, el
intelecto no puede alabar a Dios, sólo la persona que respira, se regocija y
canta. Se pretende una existencia relativa a Dios que no puede realizarse en
absoluto mediante la razón. Así, la exuberante frase que concluye el Salmo 150
y todo el Salterio capta con precisión el sentido apropiado de la alabanza de
Dios:
“¡Todo lo que respira, alabe al Señor!” (v 6).
Léxico Teológico del Antiguo Testamento
Israel, en la
época del rey David (1040-970 a.C.) cantaba nuevos cánticos. David mostró apasionadamente su aprecio por
YAHWEH y su amor por Él. David escribió
muchos Salmos (no es seguro que haya escrito el Salmo 149). El DIOS de Israel demostró SU poder y
autoridad sobre las naciones alrededor de Israel en la vida de David. El rey David ganó muchas batallas feroces y
amplió la influencia de Israel sobre la Tierra Prometida. Pero ni el rey David ni su hijo Salomón (cuando
Israel aumentó sus fronteras) tomaron control de toda la tierra que YAHWEH le
prometió a Abraham. Pero YAHWEH no ha
terminado con Israel. Un “día”, en un
futuro no muy lejano, Jesús el Cristo – (Jesús el Mesías) – el Mesías – el
Ungido – el Mesías prometido a Israel en varios pasajes del Antiguo Testamento
– regresará sobre un caballo blanco. Y Jesús
(el Señor Salva) rescatará (salvará) a Israel de sus enemigos. Y el Mesías (el Ungido), el Rey de Reyes (los
reyes eran ungidos) reinará durante 1,000 años sobre Israel mientras los
hebreos ocupan la “Tierra Prometida” por completo. YAHWEH no ha “terminado” Su salvación. Aún no.
Y nosotros, los
gentiles, debemos ALABARLO por SU carácter.
ÉL no puede “NO HACER" lo que ÉL ha declarado que HARÁ. No hay sombra en ÉL (Santiago 1:17). YAHWEH no puede cambiar. El carácter de YAHWEH es infinitamente
perfecto. Si ÉL ha declarado algo, lo
que ÉL declaró tiene que suceder. Esto
es inevitable. Y nosotros, aquellos de
nosotros que hemos sido “injertados” en el árbol de olivo que pertenece a los judíos
(Rom. 11), debemos alabar a YAHWEH por incluirnos en SU plan.
¡YAHWEH merece nuestra alabanza! Porque ÉL nos eligió. NO porque quisiéramos ser elegidos – sino
porque ¡YAHWEH es BUENO! Y ÉL eligió a aquellos
que ÉL quería elegir.
¡¡Y la
congregación (donde asistimos a la “iglesia”) DEBE ALABARLO!! Con pasión.
Con TODO nuestro corazón. Porque
YAHWEH ha sido eternamente BUENO con nosotros – SUS elegidos. Y ÉL merece ser alabado por siempre. Y LO ALABAREMOS – alelu – YA – por
siempre. AlábaLo mientras estás en
“este” (el lado “caído”) de la eternidad.
Lo ALABAREMOS aún más clara y apasionadamente cuando Lo veamos y todo lo
que ÉL ha hecho por nosotros. ¡Alabado
sea el Señor!
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
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