Salmos 4:8
En paz me acostaré y así también dormiré,
Porque
solo Tú, Señor, me haces vivir seguro.
¿Cómo
va tu relación con el Señor de la creación?
Es un enigma interesante que presenta nuestro Señor. A medida que “aprendemos a morir”, nuestra
“vida” se vuelve más placentera. Tiene
más significado.
Tomemos como ejemplo el
Salmo 4. David escribió este Salmo como
alabanza al Creador de todos y de todo.
David entendió –
claramente y profundamente –
“si
Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Romanos 8:31)
David –
aproximadamente 1,000 años antes de que Jesucristo naciera de María y caminara
sobre este planeta sucio, apestoso y caído – entendió que el Señor era el
Creador de todos y de todo. Y David
descansó –
claramente y profundamente –
en este conocimiento. David literalmente confió en su Creador.
Y
nosotros – hoy – tenemos más ayuda que David.
Tenemos a Jesucristo y al Espíritu Santo que moran en nosotros. La pregunta es – ¿confiamos en ÉL como el
Creador de todo lo que vemos y somos? A
medida que aprendemos a morir a nosotros mismos, nuestra confianza en ÉL se
profundiza. No podemos “arreglar” los
problemas que tenemos en esta vida caída.
No nos corresponde a nosotros “comprar” todo lo que podamos para estar
cómodos. Cuando “morimos”, nuestras
necesidades de “comodidad” cambian dramáticamente. Estamos dispuestos a confiar en la vida que
nuestro Señor ha planeado para nosotros.
Y
dormimos muy bien. 😊 Porque nuestra confianza está en Aquel que creó
todo. No necesitamos estresarnos por las
cosas de este mundo. Las personas
destrozadas y los problemas confusos no son “nuestros” para solucionarlos. Los amamos.
Intentamos “ayudarlos”. Pero –
entendemos “quiénes” somos en SU creación – y “descansamos” en Él. Al “descansar” en Él,
entendemos –
claramente y profundamente –
que nuestro Señor es
un fuerte refugio. Él es un BUEN lugar para “escondernos”. Y llegamos a “observar” la
vida tal como sucede. Aprendemos que
aquí somos “peregrinos”. Esta vida
caída, desagradable y apestosa NO es nuestro hogar. Y dormimos bien sabiendo que un “día”
volveremos a CASA. Estaremos con nuestro
Salvador para siempre. Y CONOCEREMOS la
paz. Paz perfecta – eterna – en ÉL. Porque ÉL es un DIOS BUENO. Y somos un pueblo bendecido.
En paz me acostaré y así también dormiré,
Porque solo Tú, Señor, me haces vivir seguro.
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
ReplyDelete