Nuestro Señor ES Bueno y Nos Conoce

Nahúm 1:7

Bueno es el Señor, 

Una fortaleza en el día de la angustia, 

Y conoce 

a los que en Él se refugian.

El Señor es bueno.  ¿Creemos esto hoy, en nuestra condición caída, con problemas y confusión aumentando por todas partes?  ¡El Señor es BUENO!  ¡Y ÉL LO ES!  ¡Más que BUENO!  ÉL ha permitido soberanamente nuestras circunstancias para SU gloria.  Entonces, dondequiera que te encuentres hoy – con un cuerpo que falla, amigos cercanos que rompen su palabra, negocios que están en declive, una familia que prefiere la “diversión” en lugar de la madurez, una iglesia cuyos miembros no pueden orientarse en Cristo…  Hay muchas cosas que crean una angustia cada vez mayor en nuestros corazones.  Los tiempos son confusos y cada vez peores. ¡Y el Señor es BUENO!

¿Cómo debemos responder cuando “vemos” que nuestro cuerpo falla?  Sea nuestro cuerpo físico o el cuerpo de Cristo.  ¿Cómo reaccionamos?  Acércate a ÉL.  Orar.  Pide Su guía y sabiduría mientras nuestros cuerpos físicos y espirituales se ven afectados por la decadencia que nos rodea.  Él es una fortaleza.  Él promete brindar paz y claridad SI lo buscamos fervientemente.  Le gusta demostrar SU fidelidad.  ÉL ES hesed – fidelidad amorosa.  Amor fiel.  Se puede confiar en ÉL incluso cuando nos “sentimos” perdidos y solos.  Entonces, mis queridos hermanos y hermanas, oren y lean SU palabra.  ConóceLo.  Él es una fortaleza en el “día de la angustia”.

Y el aspecto más asombroso de nuestro Señor es la última parte de este versículo.  ÉL LO SABE.  El SEÑOR es honrado cuando Lo buscamos para la solución de nuestros problemas y dificultades.  Y ÉL se complace – NO en resolver los problemas – SINO en nuestra cercanía a ÉL.  El Señor disfruta cuando estamos cerca.  Así que no tengas prisa porque el CUERPO (físico o espiritual) que tienes tiene que ser reparado.  Probablemente no lo será.  Y eso es BUENO.  Porque es EN la lucha, EN las dudas, EN el malestar – SI LO BUSCAMOS como nuestra fortaleza – ÉL SABE y recordará cuando dejemos esta vida caída.  ASÍ QUE acércate a ÉL y quédate ahí.  Esta actitud de anhelo por ÉL y SU presencia te bendecirá en esta vida y en la vida venidera, SI obedecemos y nos mantenemos cerca.

Bueno es el Señor, 

Una fortaleza en el día de la angustia, 

Y conoce 

a los que en Él se refugian.