Monday, December 23, 2024

¡Feliz Navidad!

Lucas 14:25-27
Grandes multitudes acompañaban a Jesús; 
y Él, volviéndose, les dijo: 
Si alguien viene a Mí, 
y no aborrece 
a su padre y madre, 
su mujer e hijos, 
sus hermanos y hermanas
y aun hasta su propia vida, 
no puede ser Mi discípulo.  
El que no carga su cruz y me sigue, 
no puede ser Mi discípulo.”

¡¡¡Qué regalo de Navidad!!!  Si “venimos a Jesucristo, debemos “odiar” a nuestro padre y a nuestra madre, a nuestra esposa e hijos, a nuestros hermanos y hermanas, incluso a nuestra propia vida… Es BUENO “pensar” y “meditar” en las Palabras de nuestro Señor…  Especialmente durante esta “temporada” cuando celebramos Su primer advenimiento (venida / nacimiento).  Realmente ES un gran regalo de Navidad que ofrecemos a nuestras familias inmediatas si entendemos y vivimos lo que Jesucristo nos instruye a “vivir” en estos versículos.

“Observemos” lo que está pasando… Grandes multitudes seguían a Jesucristo.  Había gente curada (sanada), comida gratis, las palabras que habló Jesucristo fueron “sabias”.  Grandes grupos de personas seguían a este “hombre” inusual y talentoso.

Y Jesucristo “se volvió” y les dijo – “Si alguien viene a Mi…” Y ÉL explica el costo de verdaderamente “nacer de nuevo”. (Juan 3) Si “nacemos de nuevo” – nacemos espiritualmente a una nueva vida – ya no debemos definirnos a nosotros mismos en base a las relaciones que formamos antes de “renacer”.  Jesucristo conoce las familias en las que nacimos.  ÉL CONOCE sus fortalezas y muchas debilidades.  Y ÉL anhela que “les mostremos un camino mejor”.  ÉL ES el CAMINO.  Pero no podemos “mostrar” este nuevo CAMINO basado en la relación que teníamos con ellos antes de “nacer de nuevo”.  Desarrollábamos hábitos y ventajas que Él quiere que “rehagamos”.  Empezar de nuevo.  Vida “nueva”.  😊

Jesucristo no quiere que “odiemos” a nadie.  ÉL QUIERE que Lo amemos tanto que todos los demás en nuestra vida queden en un distante segundo lugar.  ÉL debe ser PRIMERO delante de todos. Si Le “obedecemos”, nuestro amor por los demás se profundizará, no disminuirá.  Pero DEBEMOS HACER esto a SU manera.

Nuestras relaciones con nuestros padres, madres, cónyuges, hijos, hermanos y hermanas deben “rehacerse” – tal como lo fuimos nosotros.  Sería SABIO pasar esta temporada navideña compartiendo con aquellos de su familia inmediata desde una perspectiva “nueva”.  Si son creyentes, anímelos a crecer en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador – Jesucristo.  Si no creen en Jesucristo, no hay NADA en esta vida más importante que conocerLo.  Nada.  Entonces, a pesar de lo incómodos que se sientan, debemos compartir amorosamente SU amor por ellos.  (Se pone más facíl durante esta temporada navideña.)

Si realmente ponemos a Jesucristo en primer lugar – SI “obedecemos” – el resto de Sus instrucciones son “fáciles”.  Si realmente amamos a Jesucristo, queremos considerarLo antes de “pensar” en nuestra familia inmediata.  Porque cuando ponemos a Jesucristo en primer lugar, queremos amar aún más profundamente a nuestras familias.  Hablaremos y actuaremos diferente con ellos.  Las palabras que compartamos esta Navidad se parecerán más a Sus palabras y menos a las nuestras.  Y aquellos que nos “conocen” notarán la diferencia.  No les gustará. Prefieren a la “persona” que conocen desde hace casi toda su vida.  Pero esa persona murió.  La “vieja” persona que “solíamos” ser debería desaparecer.  Hemos “nacido de nuevo”.  Debemos vivir vidas “nuevas”.  Y nuestra “nueva” vida bendecirá a quienes nos rodean.  Al principio los hará sentir incómodos.  Será extraño para ti y para ellos.  Pero una nueva vida entre ellos bendecirá a aquellos que amas mucho más que a la persona que “solías” ser.

Entonces, “toma tu cruz” y muere.  SígueLo.  Sigue a Jesucristo y bendice a tus seres queridos.  Mientras aprendes a morir a ti mismo.  Y haz que quienes te rodean se sientan “incómodos” esta Navidad.  Y su “malestar” Lo honrará.  Jesucristo no vino para que pudiéramos conservar nuestros viejos y malos hábitos.  ÉL vino para darnos vida nueva y eterna.  Vivamos nuevas vidas con aquellos que amamos.  Esta semana.  O, mejor todavía, hoy.  Esta mañana.  
Grandes multitudes acompañaban a Jesús; 
y Él, volviéndose, les dijo: 
Si alguien viene a Mí, 
y no aborrece 
a su padre y madre, 
su mujer e hijos, 
sus hermanos y hermanas
y aun hasta su propia vida, 
no puede ser Mi discípulo.  
El que no carga su cruz y me sigue, 
no puede ser Mi discípulo.”

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