Decisiones con Consecuencias Eternas

Gálatas 6:7-8

No se dejen engañar, 

de Dios nadie se burla; 

pues todo lo que el hombre siembre, 

eso también segará.  

Porque el que siembra para su propia carne, 

de la carne segará corrupción, 

pero el que siembra para el Espíritu, 

del Espíritu segará vida eterna.

Las palabras de Pablo en el capítulo sexto de Gálatas están dirigidas a los creyentes.  El capítulo 6 comienza con la importancia de ayudar a los hermanos y hermanas en Cristo que se sienten confundidos / desorientados.  Debemos ser amables, conscientes de nuestra propia capacidad de confundirnos.  Somos pecadores perdonados – todos nosotros.  El versículo 3 es una repetición simple pero clara de Romanos 3:10-15 - nosotros – en y por nosotros mismos – no somos nada.  Y NO queremos aceptar esta simple y clara declaración de hecho.  Sin la obra del Espíritu Santo en nosotros y a través de nosotros – no tenemos nada que ofrecer.  Hoy.  Ahora mismo.  Nada.  El versículo 4 nos anima a pensar en el valor que ofrecemos a los demás en nuestra utilidad para el Señor.  Nuestras vidas tienen significado y propósito sólo cuando honramos a Jesucristo.  Y no podemos medir la utilidad de los demás.  Nuestro Señor recompensará / castigará a Sus elegidos en Su tiempo y a Su manera.  El versículo 5 observa la soberanía de Dios.  No hay ningún detalle – grande o pequeño – que lleves que Dios no supiera antes de que comenzaras esta vida.  Él creó tu personalidad y tu cuerpo.  ÉL SABE mejor que tú las cargas que llevas.  Y Él quiere que lo lleves mientras CONFÍAS EN ÉL.  El versículo 6 es un versículo peligroso para los cristianos de los Estados Unidos de América.  Establece claramente que una congregación debe ser una bendición para su pastor / maestro.  No con el 10%.  (El diezmo – 10% - es una invención de ciertas denominaciones. El Antiguo Testamento requiere el 33%. El Nuevo Testamento nos dice que demos cantidades sin límite con alegría.)  El versículo 6 instruye a los creyentes a “compartir” sus bendiciones con quienes los instruyen.  Compartir significa dar.  La cultura de las iglesias cristianas en los Estados Unidos de América no es bíblica.  Ni siquiera cerca.  Los estadounidenses viven por lo que pueden comprar.  Los cristianos en los Estados Unidos HACEN lo mismo.  Trabajan, compran sus “cosas”, dan a la iglesia lo que “eligen” que es una cantidad aceptable y creen falsamente que están bien con el DIOS vivo.  Según el versículo 6, si no recompensan a su pastor, no están bien.

Se vuelve aún más difícil para quienes están “acostumbrados” a la confusión espiritual de los Estados Unidos.  Por favor lea los versículos 7 y 8 de Gálatas.  Estos dos versículos son claros pero dolorosos para los cristianos que viven en una cultura confusa.   Las “cosas” que nos apresuramos a comprar – las “cosas” que nuestra carne desea – NO honran a Dios.  Las facturas mensuales que recibimos para pagar las “cosas” que queríamos nos presionan a pagar las deudas (o pagos mensuales) que nuestra “carne” exige.  Y nuestra confusión crece.  El mundo, por nuestra confusión propia, se vuelve cada vez más parte de lo que somos.  Por ahora.  Pero recuerden – mis queridos hermanos y hermanas – mientras intentamos escondernos en la confusión que creamos en nuestros corazones – NO se burlan de DIOS.  ÉL NO ESTÁ confundido.  El Espíritu Santo intentó decírnoslo – cuando nos apresuramos a “comprar” lo que no necesitábamos – pero nuestra carne exigió.  Y las “cosas” que compramos comienzan a “poseernos”.  Sentimos menos urgencia de ser fieles en la iglesia.  En nuestra confusión autoinducida, la “necesidad” de dinero y trabajo es tan importante – o más importante que el cuerpo de Cristo.  Y no crecemos (maduremos) espiritualmente.  No aprendemos asuntos espirituales.  Por ejemplo, no sabemos cuáles son nuestros dones espirituales – incluso después de años de asistir a la iglesia.  No podemos discernir lo bueno y lo malo.  Porque esta habilidad requiere que maduremos.  

Mira lo que pasa.  Cuando “sembramos para nuestra carne” y “creemos” confusamente que “está bien”.  Nuestro crecimiento espiritual se estanca.  Luchamos por llegar a la iglesia.  Estamos "cansados".  Tenemos que trabajar hasta tarde.  Los niños necesitan ayuda.  Nuestra lista de razones para NO honrar a DIOS crece.  Y NO crecemos en ÉL.  Esta verdad también se encuentra en el Antiguo Testamento.  Cosechas lo que siembras. (Job 4:8) NO es bueno comprar "cosas” para uno mismo.  El resultado de dar a tu “carne” es tu propia confusión.  Este pasaje es súper claro.  Si compras “cosas” para ti mismo – te confundirás espiritualmente.  Y Dios no está contento con tu estilo de vida.  No Lo honras.  Por favor permítame animarlo a darle más a su pastor – literalmente – como lo instruye Gálatas 6.  Da más para honrar a Dios. A medida que aprendas lentamente a obedecer – tu vida se volverá más clara.  No estamos aquí para "poseer" el polvo.  Esta mentira fue creada por la cultura egocéntrica de los Estados Unidos.  Estamos aquí para honrar y glorificar a nuestro Creador.  Y DIOS no será burlado.  Él sabe que sabemos lo que Él quiere que hagamos.  Él sabe que negamos al Espíritu Santo con nuestras vidas. Por ahora.  Cuando dejemos esta vida, si no “escuchamos”, eternamente seremos “menos”.  Aún así seremos salvos – pero sufriéramos perdida – como si hubiéramos pasado por un fuego.  (1 Corintios 3)

La otra cara de esta moneda es que si honramos a Jesucristo – Él nos honrará a nosotros. SI nos entregamos y Lo honramos – Él nos honrará. A veces “en” esta vida – muchas veces no “en” esta vida. Pon tus tesoros en el cielo (Mt. 6:19-20). Gasta tu tiempo, dinero y recursos en SU ​​reino – no en tu carne. Y en SU ​​tiempo, ÉL te recompensará. Este estilo de vida requiere confianza – fe en AQUEL a QUIEN no vemos. Vive para ÉL – no para tu carne. Enseña a otros SU palabra. Instruyan a sus familias en SUS caminos. DAN su dinero para honrarLo. ÁMALO. Vive para glorificarlo a ÉL y ÉL honrará tu fe – en SU ​​tiempo.

No se dejen engañar, 

de Dios nadie se burla; 

pues todo lo que el hombre siembre, 

eso también segará.  

Porque el que siembra para su propia carne, 

de la carne segará corrupción, 

pero el que siembra para el Espíritu, 

del Espíritu segará vida eterna.