1 Crónicas
16:24
Cuenten Su gloria entre las naciones,
Sus
maravillas entre todos los pueblos.
David
escribió este versículo de un canto de alabanza, guiado por el Espíritu Santo,
para celebrar la llegada del arca a Jerusalén.
El DIOS de Abraham es el ÚNICO DIOS verdadero. No hay DIOS como ÉL, en ningún lugar. El DIOS de Israel es real. ÉL vino vestido de carne y dio SU vida
perfecta para que podamos ser “perfectos” en ÉL. Este mismo DIOS de los judíos es nuestro
SEÑOR. Debemos aprender a leer el
Antiguo Testamento en su contexto – escrito para una audiencia judía – para
poder aplicarlo mejor al mundo actual.
En este versículo en particular, escrito por el rey David hace unos 3,000
años, podemos “aplicarlo” directamente a nuestras vidas.
CONOCEMOS
a este ÚNICO DIOS verdadero. ÉL reside
“en” nosotros hoy – en la forma del HIJO – JESUCRISTO y la forma del ESPÍRITU SANTO. Este DIOS es el mismo DIOS del Antiguo
Testamento. David “conocía” SUS
poderosas obras. David “vio” a DIOS
actuar en su vida mientras Israel conquistaba muchas naciones que
eran más grandes y más
fuertes que ella – durante su vida.
David vio a DIOS actuar cuando él, el
hijo menor de su familia, mató a
Goliat y se convirtió en
rey de Israel. David entendió que nuestro DIOS cumple SUS promesas. El arca llegó
a SU ciudad escogida, SU capital del mundo (en el milenio) – Jerusalén – porque
DIOS lo quiso así. Y, lo hizo suceder.
Hoy,
en 2025, tenemos el mismo placer, la misma responsabilidad – declarar SU
gloria. Al cielo iremos para siempre
(los que verdaderamente somos “salvos”).
Y si crees esto, ¿cómo puedes dejar de alabarlo? ¿Cómo dejas de declarar SU gloria? Cuando entendemos que pasaremos para siempre
en SU presencia – ¿qué puede impedirnos declarar SUS obras maravillosas
entre la gente? ¡No hay nada más
importante! ¡Nada! Siempre
es MUCHO más que estos 70 u 80 años de polvo.
Este
versículo se aplica de manera diferente a nosotros hoy que a los judíos en la
época de David. Tenemos la historia de
los judíos en el Antiguo Testamento.
Entendemos cómo malinterpretaron y rechazaron al ÚNICO DIOS
verdadero. Entendemos que no creían que
JESUCRISTO fuera el MESÍAS. Y los judíos
LE crucificaron. (Is. 53). Entendemos
que ÉL resucitó al tercer día y que vamos al cielo como resultado de SU muerte
y resurrección. Tenemos MÁS claras
razones que las que tuvo David para declarar SU gloria. Y debemos declarar SU gloria al pueblo todo
el tiempo – todos los días. No hay nada
en esta vida que sea más importante que la eternidad. "Seamos" SU pueblo y honrémosLO. Declare SU gloria y obras maravillosas “en”
nosotros. Todo el día.
Cuenten Su gloria entre las naciones,
Sus maravillas entre todos los pueblos.
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
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