1 Juan 3:11
Porque este es el mensaje
que ustedes han oído
desde el principio:
que nos amemos unos a otros.
Cuando
te encuentres con unos momentos de tiempo extra (o de tranquilidad) y no estés
seguro de qué hacer “a continuación” (en lugar de abrir Facebook, Instagram,
TikTok, "X", Snapchat o un videojuego), consuela a un hermano o
hermana en Cristo. Ora por alguien
específicamente. Llámalos. Envíales un breve mensaje de texto. Ve a la tienda (o la próxima vez que estás en la tienda) y cómprales una tarjeta o un
pequeño detalle para la próxima vez que los veas. Ama a los hermanos y hermanas. No con palabras. “Haz” algo por ellos que les demuestre –
específicamente – a esa persona – que son importantes.
A
medida que “aprendemos” a amar a los demás, también aprendemos a “morir” a
nosotros mismos al mismo tiempo. "Es más bienaventurado dar que recibir". “Niégate a ti
mismo, toma tu cruz cada día, y sígueMe”. Ambas declaraciones vinieron de la boca de
nuestro Señor y Salvador – Jesucristo.
Si “confiamos en ÉL y obedecemos”, daremos gratuitamente cosas buenas a
nuestros hermanos y hermanas. Todo el
tiempo. La iglesia “debe” ser un lugar
donde las personas que llegan sean “bendecidas”. No sólo porque aquí es donde se animan y se
preparan para vivir la vida, sino porque las personas que pertenecen allí
buscan maneras de amar a sus hermanos y hermanas con actos de bondad y cariño. Todo el tiempo.
Cuando
“hacemos” cosas que demuestran amor por nuestros hermanos y hermanas, considere
QUIÉN aprecia nuestros actos de amor y cómo ÉL responde. “En verdad les
digo, en cuanto lo hiciste por uno de los MENORES (buscad a los
perdidos y solitarios) de estos hermanos o hermanas (nosotros)
MÍOS, a MÍ lo
hiciste” Mt. 25:40. Jesucristo toma en
serio nuestro amor por las personas en SU cuerpo. SU iglesia debe ser un lugar LLENO de
actos de bondad. Todo el
tiempo. Ama a los hermanos y
hermanas. Todo el tiempo. TODOS podemos hacer pequeñas cosas que muestran
que amamos a los hermanos y hermanas.
Hazlos. Hoy. Mientras todavía estemos en esta vida
caída. ÉL reconocerá nuestros
pensamientos y obediencia en SU tiempo y SU manera.
Ama a los hermanos y hermanas, AMA a los demás, porque ÉL nos
amó primero con SU vida.
Porque este es el mensaje
que ustedes han oído desde el principio:
que nos amemos unos a otros.
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
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