1 Juan 4:18
En el amor no hay temor,
sino que el perfecto
amor echa fuera el temor,
porque el temor involucra castigo,
y el que teme no
es hecho perfecto en el amor.
Sin temor
en el amor. Sin temor. Sin inseguridad. No hay duda.
Sin incertidumbre. Qué lugar tan
“cómodo” para “existir”. Y podemos
“vivir” allí. Un segundo a la vez. Mientras aprendemos a “morir a nosotros
mismos”. Cuando estamos “llenos del
Espíritu” (Efesios 5:18), nuestras mentes están bajo SU influencia. Nosotros “pertenecemos” a Dios (el Padre),
“en” Jesucristo (el Hijo), “por” el Espíritu Santo. Y nos sentimos cómodos / seguros /
amados. Nuestro fin es seguro. Eternidad con ÉL. Lo que ÉL ha declarado – ÉL HARÁ. ¡Y lo SABEMOS!
Cuando
somos débiles – literalmente – muertos a nosotros mismos “débiles” – ÉL ES
fuerte. Y somos los más “amados”. Experimentamos SU “paz” profundamente cuando
“morimos” a nosotros mismos. Soy un
pecador. No hay nada "bueno"
en mí. Nada. El único bien que tengo para ofrecer a
alguien, en cualquier lugar y en cualquier momento, es lo que ÉL ha hecho y
hará a través de mí para SU gloria. ÉL
ES bueno. Yo no lo soy. Debo "morir". Y cuando “muero”, se me da paz. Confort.
Amor.
Y el
amor que DIOS proporciona es amor perfecto.
ÉL nunca ha cometido un error. ÉL
no puede. ÉL ES DIOS. Y ÉL ama
perfectamente. Aunque ÉL ES santo, no
hay temor al castigo por mis pecados. SU
HIJO perfecto recibió TODO el castigo eterno que merezco. DIOS ya no está enojado con este pecador. YO SOY perdonado por SU HIJO en la cruz. No tengo miedo al castigo cuando “muero a mí
mismo”. Si estoy "muerto", no
puedo pecar. Porque mi mente se
transforma. Vivo SU perfecta
voluntad. (Rom. 12:1-2) Y mientras vivo
lo que DIOS quiere que viva, camino en armonía con ÉL. Y aprendo SU paz. Su consuelo.
SU amor. Estoy perfeccionado. Cuando "muero". Cuando mi “carne” es vencida por el Espíritu
Santo. Y pienso en y con SUS
pensamientos.
A
medida que me acostumbro más a SUS pensamientos, a SU amor perfecto, mi miedo a
la “muerte” física real disminuye. Mi
comprensión de que la “muerte” fue vencida en la cruz se vuelve más clara. Y anhelo ser “liberado de este cuerpo de
muerte”. (Romanos 7:24) No hay temor de
AQUEL que creó todo. Sólo existe el profundo deseo de ser como ÉL porque ÉL ha
hecho muchísimo por mí. Anhelo honrarLo
por el sacrificio que ÉL hizo. Anhelo
honrarLo porque ÉL ES DIOS. Y no hay
otro. ÉL ES amor. ÉL ES santo.
Y ÉL merece que yo “muera” en este cuerpo de muerte. ÉL merece que yo ya no viva para mi “carne”.
La
cantidad de “miedo” que siento hacia mi muerte física (cese de actividades
corporales) es una buena medida de dónde me encuentro en el proceso de
santificación. El que teme no es
perfecto. Mi carne no quiere morir.
Alguna vez. Quiere vivir y exigir más
“cosas” en esta vida caída. Mi carne no
reconoce lo que DIOS ha hecho en Jesucristo.
Mi “carne” lucha contra DIOS – ahora mismo
Y así,
mis queridos hermanos y hermanas – escogen.
Este momento. Paz. Amor perfecto.
Sin miedo. “Muerte a ti mismo”. O – avaricia, conflicto, orgullo,
pecado. Tomamos estas decisiones durante
todo el día. Cada día. Y la MAYORÍA de las veces – escogemos el
dolor y el pecado. Porque no CONOCEMOS
muy bien a DIOS. No CONFIAMOS en ÉL
porque no conocemos SU palabra. Y
sufrimos a causa de nuestras decisiones.
Momento a momento. Todo el
día. “Yo sí CREO, ayuda a mi
incredulidad”. (Marcos 9:24) Palabras
sabias que deberíamos “escoger” vivir hoy.
Y en SU paciente amor y gracia, ÉL ayudará a
nuestra incredulidad. Momento a momento. Para que seamos perfeccionados en Su amor.
En el amor no hay temor,
sino que el perfecto amor echa fuera el temor,
porque el temor involucra castigo,
y el que teme no es hecho perfecto en el amor.
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
ReplyDelete