Romanos 8:18
Pues considero que los sufrimientos de este
tiempo presente
no son dignos de ser comparados con la gloria
que nos ha de ser
revelada.
¿Cómo
te va la vida? ¿Has conocido el dolor,
la pérdida, el abuso, el malestar, el rechazo, el aislamiento, la soledad, la
angustia, el estrés y una serie de otras emociones negativas y dolencias
físicas? Pablo afirma audazmente que
todos estos sentimientos y dolencias “no son dignos de compararse con la gloria
que ha de ser revelada”. Todo lo malo y
negativo que hemos soportado en esta vida caída es literalmente una “gota en el
balde” de la bienaventuranza eterna y perfecta que espera a Sus escogidos.
Recuerde,
a Pablo se le mostró el tercer (actual / eterno) cielo (2 Cor 12:2). Cuando escribió Romanos, habló por
experiencia. Había visto lo que les
espera a aquellos que el Señor ha escogido.
Y anhelaba estar en el cielo, con su (y nuestro) Señor. Pablo conoció mucho sufrimiento. En 2 Corintios 11:24-28, Pablo analiza algunas
de las dificultades de su vida: “Cinco veces recibí de manos de los judíos
cuarenta azotes menos uno. Tres veces me
golpearon con varas. Una vez me apedrearon. Tres veces naufragó; una noche y un
día estuve a la deriva en el mar; en viajes frecuentes, en peligro de los ríos,
peligro de ladrones, peligro de mi propio pueblo, peligro de los gentiles,
peligro en la ciudad, peligro en el desierto, peligro en el mar, peligro de
falsos hermanos; en trabajos y dificultades, a través de muchas noches de
insomnio, en hambre y sed, a menudo sin comida, en frío y exposición. Y, además de otras cosas, sobre mí está la
presión diaria de mi ansiedad por todas las iglesias”. Pablo conoció el sufrimiento físico y
emocional. Sin embargo, afirmó que todo
esto no es digno de compararse con lo que experimentaremos algún “día”.
Estas
palabras de esperanza y consuelo son proporcionadas por Pablo a través del
Espíritu Santo para que podamos mantener nuestro enfoque en las cosas de
arriba. La promesa eterna que recibimos
de Jesucristo. "Vamos" al
cielo. No por nada de lo que hayamos
hecho. Vamos al cielo porque Dios nos
amó mientras pecábamos contra Él.
Pasaremos la eternidad en cuerpos sobrenaturales. Conoceremos y veremos una nueva
creación. Porque nuestro Dios es amor. Nuestro Dios es el Único y verdadero
Dios. ÉL es DIOS y no hay otro. Entonces, permítame decir respetuosa y
claramente que, independientemente de cuán difícil e incómoda sea la vida hoy,
podemos saber que hay cosas mejores esperando. Una vida eterna que es mucho mejor que el
dolor difícil y temporal que Pablo afirma que no es digna de ser comparada con
la eternidad que espera. Es BUENO para
nosotros SABER esto cuando nos duele, cuando sufrimos. Debajo de nuestras lágrimas y malestar, la
eternidad perfecta que “nos espera” es mucho, mucho más beneficiosa y buena que
nuestro peor día, semana o año. Así que,
mis queridos hermanos, concéntrate en el siempre y el “ahora” no es tan
malo. 😊
Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente
no son dignos de ser comparados con la gloria
que nos ha de ser revelada.
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
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