Friday, April 18, 2025

Amor Simple y Humilde

Juan 15:13 
Nadie tiene un amor mayor que este
que uno dé su vida por sus amigos.

Jesucristo compartió SU corazón con SUS discípulos en las últimas horas de SU vida “envuelta en carne”. Habló las palabras de Juan 15 en el Cenáculo o en el camino al Huerto de Getsemaní. Sin importar dónde estuviera, SU amor por los once hombres que permanecieron con ÉL (y SU amor por nosotros) es clarísimo. Nuestro SEÑOR se envolvió El MISMO en carne del ser humano – SIENDO DIOS – porque amó a SUS elegidos.

Es bueno considerar que un “día” – hace poco menos de dos mil años – JESUCRISTO desapareció. Los ángeles que LO vieron y LE sirvieron durante miles de años no pudieron encontrarLO. ÉL estaba en el vientre de María. JESUCRISTO – el mismísimo DIOS – se envolvió en carne humana para ofrecer el sacrificio perfecto por nosotros. Murió en nuestro lugar (vicario). Su muerte satisfizo (propició) la santa y eterna ira de DIOS hacia SUS elegidos – todos los que son salvos por gracia – incluyéndonos a ti y a mí.

No solo se humilló y se hizo “como” un hombre – sino que ÉL murió una muerte agonizante. Los golpes y azotes que soportó fueron dolorosos. Pero el dolor físico no fue la fuente de SU más profunda agonía. JESUCRISTO – DIOS – fue hecho pecado (2 Cor. 5:21). Fue colgado en un madero y maldecido (Deu. 21:22-23). ​​JESUCRISTO ERA y ES DIOS. ÉL sufrió el castigo eterno que cada uno de nosotros merece – durante tres oscuras horas en la cruz. ERA y ES perfecto y eternamente santo. Sin embargo, de alguna manera, de una manera que nuestras mentes finitas no pueden comprender – ÉL fue hecho pecado. ÉL llevó la carga de toda la culpa, el sufrimiento y la vergüenza que crearemos, seguimos creando (y hemos creado) con nuestras formas egoístas y egocéntricas. ÉL cargó con nuestras cargas. Todo el sufrimiento eterno que cada uno de nosotros merece ha sido pagado en su totalidad. Él dijo: “Consumado es”. Esta es una sola palabra en griego koiné que significa – la deuda ha sido pagada por completo. No LE debemos nada a nuestro santo DIOS. Deberíamos anhelar darLE todo lo que somos porque ÉL ha sido tan bueno con nosotros. 

Y JESUCRISTO hizo todo esto – porque nos amó. No solo dio SU vida perfecta. Fíjense en la subestimación (humildad) que ÉL hace aquí. No solo dio SU vida.  Sino que la dio de una manera que los humanos no podemos comprender. ÉL sufrió la angustia eterna que millones de personas merecían. Piensen en lo que hizo. Considérense a sí mismos. Por un solo pecado – merecen una eternidad en el infierno y luego ser arrojados a un lago de fuego. Por un solo pecado. Traten de imaginar cuánto dolor y sufrimiento sentirían en una eternidad de castigo de un DIOS santo que odia el pecado y a los pecadores que cometen pecados. Ese es más dolor del que podemos imaginar. Ahora – tomen este dolor inimaginable y multiplíquenlo por los millones de pecadores que ÉL salvó en la cruz. JESUCRISTO soportó un dolor y un sufrimiento en la cruz que no podemos comprender

Ahora – consideren con qué despreocupación (humildad) menciona SU amor. Un eufemismo. “Nadie tiene amor más grande que este, que uno dé su vida por sus amigos”. ÉL explica SU muerte como si fuera tan común como cualquier otra. Nuestro SEÑOR ES humilde. ÉL no explicó la diferencia en el hecho de que ÉL ES DIOS. Y DIOS, encarnado, moriría. SU carne humana murió en la cruz. Para que la eterna furia de DIOS contra el pecado y los pecadores pudiera ser apaciguada. En SU muerte, sufrió más que cualquier ser humano. Y ni siquiera lo señaló. Solo proclamó SU amor sencillo y profundo por SUS discípulos y por nosotros. El amor no es orgulloso (1 Corintios 13:4). Y en verdad – no lo es. Simplemente quiere lo mejor para quienes lo reciben. Humildemente. Profundamente. Calladamente. 

Mis queridos hermanos y hermanas – intentemos un poco mejor de “dar nuestras vidas hoy". Consideren a los demás como más importantes que ustedes mismos. Háganlo para SU gloria. Den de sí a todos los que encuentren hoy. Sean amables. Ámenlos porque ÉL nos amó primero. Y su día será bendecido. No podemos dar más que ÉL. Nunca. ÉL espera recompensarnos por seguirLO con nuestras vidas. ÉL ES un DIOS bueno y amoroso.  Siempre.  
Nadie tiene un amor mayor que este
que uno dé su vida por sus amigos.

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