Santiago
1:19
Saben,
mis amados hermanos.
Pero que cada uno sea
pronto para oír,
tardo para hablar,
tardo para la ira;
Esto lo “saben”.
O bien – “Saben” esto. El verbo está en perfecto, activo, imperativo (hazlo), en
primera persona. Se nos instruye a “saber” (cognitivamente – pensado por el
cerebro) esto. “Mis queridos hermanos y
hermanas…” La mayoría de los hermanos y hermanas de hoy no son muy “enseñables”.
Hemos “vivido” la vida como sabemos y ha funcionado. Por eso, no escuchamos
bien cuando DIOS nos dice que “sabemos” algo que ÉL quiere que “sabemos”. ¡Es
bueno que nos detengamos y pidamos al Espíritu Santo que nos ayude a “saber”
este versículo!
Debemos ser
"prontos para oír". La respuesta común a este mandato se ve afectada
por nuestra actitud hacia cuánto deseamos "saber". La mayoría de los
cristianos están convencidos de que "saben" cómo vivir la
"vida". Llegan el domingo – se sientan – (¿)escuchan(?) – se van a
casa y “repiten” lo que vivieron ayer. Esto NO es lo que haría o sería una
persona "pronto para oír". No lo es. Cuando somos "prontos para
oír" la palabra de Dios – nuestras vidas cambian. NO repetimos hoy lo que
hicimos ayer. El ESPÍRITU SANTO nos cambia. Y nos volvemos más como JESUCRISTO.
Los cambios son reales. Ya no buscamos "nuestros propios deseos".
Somos "prontos para oír" al ESPÍRITU SANTO y a los demás. Entendemos
que no "entendemos" la vida correctamente. "No te apoyes en tu
propia prudencia" (Proverbios 3:6). Por lo tanto, somos "prontos para
oír" al ESPÍRITU SANTO y a los demás. Queremos hacer y ser lo que DIOS
quiere. NO lo que creemos que "sabemos".
Y después de
comprender claramente que NO "entendemos", después de escuchar
atentamente – debemos ser "lentos para hablar". Debemos considerar
nuestras palabras. Debemos filtrarlas con la guía del ESPÍRITU SANTO. Nos
volvemos más sabios. Nos apoyamos menos en nuestros corazones confundidos y
mentes depravadas. Queremos ser piadosos. Y "hablamos despacio".
Al comprender que
NO “sabemos” cómo vivir esta vida – aplicamos la sabiduría de este versículo. Y
el último paso de esta sabiduría adquirida conscientemente
que podemos saber – es ser “lentos para la ira”. Nos enojamos erróneamente
porque la gente no vive la vida según “nuestras expectativas”. Una vez más – el
mismo problema persiste en cada aspecto de este versículo. Cuando creemos “saber”
cómo Dios quiere que nos comportemos – cuando creemos “saber” cómo vivir esta
vida – y la gente falla según nuestras creencias confusas y depravadas – nos
enojamos. Queremos SER dios. Y respondemos con una ira que no es piadosa ni
correcta.
La verdad ES – que
ni tú ni yo “sabemos” cómo DIOS quiere que vivamos SI basamos nuestra
perspectiva en lo que aprendimos de nuestras familias o experiencias. Toda la
instrucción que recibimos al “crecer” se basa en una existencia caída. Es inútil
ante un DIOS santo. Incluso en una familia cristiana – lo que aprendimos de
niños se basó en nuestra existencia carnal y caída. Y DIOS ES diferente. ÉL ES
DIOS. Si entendiéramos LA VERDAD de que SUS caminos no son los nuestros –mejoraríamos
drásticamente en nuestra vida y en nuestro ser según este versículo. No podemos
confiar en nuestros padres. No podemos confiar en los hábitos que usamos para
llegar a ser como somos hoy. Necesitamos confiar en el ESPÍRITU SANTO y
rendirnos a ÉL. Ahorita y todo del
día.
Esto lo saben(otro interpretación del verbo en griego),
mis amados hermanos.
Pero que cada uno sea pronto para oír,
tardo para hablar,
tardo para la ira;
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
ReplyDelete