Hijitos Somos de DIOS

1 Juan 4:4  

Hijitos, 

ustedes son de Dios, 

y los han vencido, 

porque ÉL que está en ustedes es mayor 

que el que está en el mundo.

Juan, el discípulo “amado”, el mejor amigo de Jesucristo en esta tierra – conocía íntimamente a su SEÑOR. Juan fue el único discípulo que regresó al pie de la cruz para estar con Jesucristo en SU muerte (Jn. 19:26-27). Unos años después de escribir las palabras que leemos hoy (la carta de 1 Juan), Juan sería desterrado a una pequeña isla – Patmos. Fue desterrado debido a su constante proclamación del evangelio. En Patmos, Juan tendría el privilegio de escribir el libro de Apocalipsis. Nuestro SEÑOR soberano le mostraría a Juan “las cosas por venir”. Este hecho, que nuestro SEÑOR sepa “las cosas por venir” – refuerza la Escritura de hoy – “Mayor es ÉL que está "en" ustedes…”.

Hijitos – esta es una descripción precisa de quiénes somos cuando “salimos” para entrar en este mundo caído. Los demonios y las personas caídas y depravadas que nos rodean son crueles. Son fuertes en este lugar de condenación (este “mundo”). Entramos en el día como “hijitos”. Es bueno que entendamos quiénes somos. En nuestra debilidad – ÉL es fuerte. Debemos confiar en Jesucristo mientras nos “ocupamos de nuestra salvación”.

Somos de Dios – Nuestro SEÑOR - soberano, misericordioso, santo y amoroso - tiene un plan. Y LE pertenecemos por la eternidad. ¡Somos SUYOS! Y nada puede separarnos de ÉL. (Rom. 8)  

Y los “hemos vencido” – hemos vencido a los demonios y a las personas que estos influyen y poseen. (Véase 1 Juan 4) Podemos discernir la doctrina torcida que enseñan y predican. Podemos percibir cuándo el enfoque está en AQUEL que nos salvó y cuándo no. Incluso en las conversaciones diarias, podemos percibir cuándo alguien tiene un enfoque claro y correcto. Hemos superado la confusión espiritual porque hemos estudiado SU palabra (Jn. 8:31-32; 2 Tim. 2:15) y sabemos cuándo alguien habla claramente de ÉL. Conocemos SU voz (Jn. 10:27).

Mayor es AQUEL que está “en” ti – ¿Hay palabras más benditas, pero imposibles de entender, en cualquier idioma? Ya sea griego koiné, español, inglés, cualquier idioma que elijas… ¿Hay mejores palabras para describir la condición humana perdida y pecadora (de Sus escogidos)? ¡AQUEL que está “en” ti es GRANDE! ¡ÉL ES DIOS! En este caso específico, Juan podría (y probablemente se refiere a) referir JESUCRISTO. Pero – después de Hechos 2 – Juan podría referirse al ESPÍRITU SANTO. O podría referirse a AMBOS porque se entrelazan en la TRINIDAD. Juan podría referirse a DIOS “en” ti. De cualquier manera que quieras entender al “ÉL” de AQUEL que está “en” ti – considera la humildad de DIOS. DIOS – en la forma de JESUCRISTO y el ESPÍRITU SANTO reside / habita / mora “dentro” de nosotros. ¡Qué paciencia! ¡Qué amor! ¡Qué humildad! ¡Qué gracia! DIOS espera pacientemente a que SU plan se desarrolle. ÉL espera pacientemente para mostrar a toda la creación SU gloria, SU poder y SU gracia – cuando nos vista con cuerpos glorificados e inmortales. En ese momento – todos comprenderemos con mayor claridad lo que Juan, el discípulo “amado”, quiso decir cuando escribió – “¡ÉL que está 'en' ti!”. Porque es nuestra realidad. DIOS está “en” nosotros. ¡Ahora mismo! ¡Increíble!

Y este hecho nos hace más “fuertes” que quien está en el mundo. Observen la contradicción inherente a este versículo. Somos hijitos pequeños. Literalmente. Pero AQUEL que está “en” nosotros ES DIOS. Y ÉL es mayor. ÉL puede vencer a los falsos profetas, demonios y personas que quieren confundirnos o hacernos daño. En este mundo, la gente nos despreciará, nos faltará al respeto, abusará de nosotros y querrá influenciarnos. Los demonios aprovecharán la oportunidad para influir en otros y hacernos tropezar. Los falsos profetas llenarán sus iglesias de personas confundidas. Intentarán confundirnos. Todo lo que necesitamos hacer es seguir siendo hijitos pequeños que toman a su PADRE de la mano – todo el día – todos los días – buscando SU presencia y guía en un mundo caído y cruel.

Hijitos, 

ustedes son de Dios, 

y los han vencido, 

porque ÉL que está en ustedes es mayor 

que el que está en el mundo.