Efesios 4:1
Yo, pues, prisionero del Señor, les ruego
que ustedes andan de una manera
digna de la vocación
con que han sido llamados.
Pablo se
identificó como "prisionero del SEÑOR". Al principio, dudamos. Nos retiramos. No
aceptamos SER prisioneros de nadie. Y, con dificultad, llegamos a comprender
que SER "prisionero del SEÑOR" es una bendición. Pocos son los que
"reciben" el don de SER "escogidos". Es un honor eterno SER
prisionero del SEÑOR. Unos años después de escribir la carta a los Efesios,
Pablo explicó el "llamado" que es un honor recibir de SER prisionero
del SEÑOR de esta manera – "A los que predestinó, a ésos también llamó. A
los que llamó, a ésos también justificó. A los que justificó, a ésos también
glorificó" - a la iglesia en Roma. (Rom. 8:30) Si somos prisioneros del
SEÑOR – si LE pertenecemos – hemos sido receptores de una herencia eterna e
inagotable. Somos SUS "hijos" adoptivos. Es una bendición eterna
llamarse a sí mismo "prisionero del SEÑOR".
Y así somos – SI
ÉL nos ha "llamado". JESUCRISTO – SIENDO DIOS – vino a esta vida polvorienta y
caída para rescatar eternamente a SUS escogidos. ÉL vino con un plan. Y ÉL
soberana, misericordiosa y amorosamente nos invita a participar en SU plan. ÉL no nos pide que ÉL bendiga “nuestro” plan. No. Lo siento. Teología retrógrada y egocéntrica ahí. ÉL nos pide que SEAMOS
SUS prisioneros. ÉL nos pide que nos rindamos a ÉL por medio del ESPÍRITU SANTO. ÉL SABE que no sabemos cómo “vivir” esta vida. Y ÉL quiere que “vivamos” esta vida a SU manera (en SU camino). YO SOY el CAMINO…
(Jn. 14:6) Así que, dejemos de pedirLE que “bendiga” nuestros planes.
Detengamos la teología retrógrada. SEAMOS SUS prisioneros y “vivamos” esta vida
a SU “manera” (en SU camino).
Al aprender a
vivir esta vida a SU manera – aprendemos a “andar”. Andar en el Nuevo
Testamento suele significar “vivir a diario”. Al aprender a “vivir nuestra vida
diaria” por y para ÉL. Al vivir a SU manera… Estamos
siendo “santificados”. Nos volvemos más como ÉL y menos como nosotros mismos.
Pablo- guiado por EL ESPÍRITU SANTO – rogó a los cristianos de Éfeso que
vivieran así (y a nosotros hoy – igualmente).
Debemos “vivir de
una manera DIGNA de nuestro llamado”. Estas son palabras profundas y difíciles.
Hemos sido llamados a SER SANTOS porque ÉL ES SANTO. La meta es la perfección
ética y moral, tanto externa como interna. Simplemente no podemos lograrlo.
PERO, por SU gracia y la guía del ESPÍRITU SANTO, nos acercamos a ÉL. Tenemos
momentos de perfección cuando estamos quebrantados y confiamos en ÉL para que
hagamos y digamos exactamente lo que Jesucristo quiere que seamos. Tenemos
momentos en que SOMOS perfectamente SUS prisioneros.
JESUCRISTO es
nuestro SEÑOR. Nos llamamos "Cristianos". Usamos ese nombre con
frecuencia, como musulmanes, budistas o testigos de Jehová. Nuestro título –
"Cristianos" – es mucho más significativo e importante. Porque
nuestro SEÑOR ha hecho lo que ninguna otra religión, secta o grupo ha hecho. SIENDO
DIOS, JESUCRISTO se envolvió en carne y murió en nuestro lugar en una cruz.
Murió para que vivamos – vivamos eternamente – con ÉL. Por eso – el título que
usamos a diario – "Soy Cristiano" – tiene un significado mucho más profundo
que cualquier otro título que cualquier ser humano pueda usar. Tiene un
significado eterno. Nadie más tiene este derecho. ÉL nos concedió este don. Porque ÉL nos amó. Y debemos HONRARLO por lo
que ÉL hizo. Con nuestras cortas vidas
en este polvo. Debemos honrar SU sacrificio – sacrificándonos. Debemos “andar de
una manera digna” de AQUEL que nos dio el título - CRISTIANOS. SU nombre.
SU vida. SUS prisioneros
somos. Eternamente – por SU gracia y SU
amor.
Yo, pues, prisionero del Señor, les ruego
que ustedes andan de una manera
digna de la vocación
con que han sido llamados.
Favor de escribir tus comentatios aquí. Gracias.
ReplyDelete