Amos 5:24
Pero corra el juicio como las aguas
Y la justicia como una corriente
inagotable.
A todos nos
gustaría creer que estamos de acuerdo con este versículo. Suena espiritual. El
principio enunciado es excelente. Que el juicio corra. Los malos roban,
hurtan, matan... "Que el juicio corra como las aguas y la justicia como una corriente inagotable". ¡Por favor, Dios, hagámoslo!
Pero, espera un
momento. ¿Quiero juicio? ¿“Vivo” la justicia? ¿Soy justo? AHORA sería un BUEN
momento para DETENERNOS y leer Amós 5 (especialmente los versículos 16-23). ¿Cuántos en la iglesia a la
que asistimos llegan quebrantados? Avergonzados. Porque NO somos justos. Porque
luchamos con lo que significa la “justicia” y “cómo” vivirla. “Bienaventurados los pobres en espíritu” (Mt. 5:3). El reconocimiento de nuestra
pobreza espiritual nos lleva inicialmente a nuestro Señor para nuestra salvación. Después de ser salvos, el reconocimiento y la
comprensión de nuestros continuos fracasos para SER santos nos llevan a un
estado constante de quebrantamiento. “Aprendemos” a desear MÁS de JESUCRISTO y
menos de “mí”. Solo cuando estamos
quebrantados es cuando comenzamos a SER santos.
Veamos algunos
versículos y hagamos un breve repaso de “quiénes” somos:
Esposos, amen a sus
esposas, así como Cristo amó a la iglesia… (Efesios 5:25).
Esposas, respeten a
sus esposos… (Efesios 5:33).
Toda persona debe estar sujeta a las autoridades
gobernantes. Porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por
Dios han sido establecidas. Por lo tanto, quien se opone a la autoridad, a lo
ordenado por Dios se opone; y quienes se oponen recibirán condenación para sí
mismos. (Romanos 13:1-2).
Dándose preferencia unos a otros… (Romanos
12:10).
Busquen primeramente SU reino y SU justicia… (Mateo 6:33).
¿Cómo estamos? ¿“Viven”
estos versículos con su vida? ¿Están listos para que el juicio corra y la justicia
fluya? Luchamos. Deberíamos anhelar las palabras de Dios en Amós 5:24. Si
nuestro Señor las cumpliera ahora mismo – los resultados no serían agradables
para ninguno de nosotros. Serían increíblemente duros para muchos.
Especialmente para aquellos “creyentes” que creen que Dios está en el cielo
para servirles. La mayoría de los cristianos que he conocido en este país casi abandonado
por Dios (Estados Unidos) y en México creen que Dios existe para servirles. Es
cierto que Él nos ama. Él no existe (ni nunca ha existido) para servirnos. Es
cierto que Jesucristo dijo: “He venido a servir, no a ser servido”. Pero SU
servicio fue nuestra salvación eterna. Dios no existe – ni antes ni después de SU
encarnación – como nuestro “genio (mago) en las nubes”. Él existe – y nos salvó
eternamente – para SU gloria. Debemos someternos a Él y a SU palabra.
Y podemos
“percibir” cuánto nuestros hermanos y hermanas en Cristo CREEN en SU palabra por la “manera” que eligen vivir. Mira Amós 5:21: “Aborrezco, rechazo sus fiestas (cena familiar,
viajes al parque), ni me deleito en sus asambleas solemnes (servicio de domingo
/ miércoles)”. ¿Por qué DIOS les diría esto a los judíos de entonces y a nosotros hoy?
“Entonces el Señor dijo: “Porque este pueblo se
acerca a mí con sus palabras, y con sus labios me honra, pero aleja de mí su corazón, y su reverencia hacia
mí consiste en tradición aprendida” (Is. 29:13). Los “miembros” del Compañerismo
Cristiano “siguen” la cultura de los que vinieron antes. Y luchamos. NO somos
QUIEN DIOS quiere que SEAMOS.
Y eso está bien –
hasta un punto. Dios sabe que vivimos en cuerpos de "carne". Lo que
NO ESTÁ BIEN es que no seamos conscientes de cuán injustos, no amables,
egoístas y orgullosos somos. Lo que NO ESTÁ BIEN es que no entendamos la
vergüenza que deberíamos sentir constantemente mientras que nos esforzamos (por
el Espíritu SANTO) para hacer cambios reales — ajustes reales — a la santidad
de Dios. Debemos ser humildes. Porque desobedecemos con frecuencia e
intencionalmente. Y nuestra desobediencia debería impulsarnos a hacer cambios.
Cambios reales (observables) en nuestro comportamiento diario.
Un “día” – Dios
hará realidad Amós 5:24 (en el milenio). Él permitirá que la justicia fluya. En
ese “día” – Jesucristo reinará desde SU
ciudad – Jerusalén. Y quienes se sometieron a Él con sus vidas en este mundo
caído tendrán mayor capacidad (autoridad) para honrarLO (Mc. 10:42-45; Lc.
19:11-27; Jn. 17:1-2). Jesucristo dará más autoridad a quienes se sometan a Él
en esta vida caída. Es bueno que aprendamos a ser sinceros – honestos – y a
estar quebrantados con nosotros mismos por medio del Espíritu Santo. Es bueno
desear la justicia – la santidad – en nuestros corazones y almas mientras
estemos aquí – en estos cuerpos. A medida que crezcamos en santidad y justicia –
SEREMOS menos orgullosos. Menos divisivos. Menos deseosos de estar “frente” a
los demás. Porque el juicio de los líderes (maestros) es más severo (Santiago
3:1).
Así que – sería
prudente reconsiderar cuánto deseamos que el juicio corra y la justicia fluya…
Todos queremos que los "malos" sean encarcelados. Y así debe ser.
Pero – ante nuestro santo Dios – somos parte del problema si no nos sometemos a
Él. Y no deberíamos decidir que “este versículo” o “este libro de la Biblia” no
se aplica a nosotros hoy. Demostramos la profundidad de nuestro orgullo por la
cantidad de la Biblia que "decidimos" ignorar. No seremos perfectos
en esta vida. Debemos esforzarnos por alcanzar la perfección mientras
"andamos quebrantados" con el Espíritu Santo.
Pero corra el juicio como las aguas
Y la justicia como una corriente inagotable.
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
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