Monday, July 28, 2025

La Cosecha Rica de Dependencia EN ÉL

Salmos 55:22 
Echa sobre el SEÑOR tu carga (lo que ÉL te ha dado) 
y ÉL te sustentará; 
ÉL nunca permitirá que el justo sea sacudido.

Estrés. Miedo. Inseguridad. Duda. Ira. AMAMOS estos sentimientos. Los requerimos la mayor parte del tiempo que caminamos en este planeta caído (incluso DESPUÉS de haber "nacido de nuevo" y ya no tener que soportarlos). ¿Por qué requerimos estos sentimientos negativos y dañinos? Orgullo y la “carne”. Queremos decirnos: "Yo hice esto". Y nuestro orgullo pecaminoso nunca deja de asomar su fea cabeza. Nos sometemos al ESPÍRITU SANTO por un ratito hoy… Mañana, un nuevo día para que nuestra "vieja" vida pecaminosa "tome el control" otra vez. Y avanzamos a tropezones. Culpables. Quebrantados. Deseando ser más como JESUCRISTO – menos como yo.

SI tan solo nos diéramos cuenta de que nuestro DIOS trino es verdaderamente omnisciente. ÉL REALMENTE SABE cada detalle de cada momento de nuestra existencia. ÉL sabe todos los días de los hijos que nos nacerán (si es que los tendremos). ÉL SABE los sentimientos que experimentaremos en cada segundo de nuestra existencia. (Lee el Salmo 139 cuando tengas tiempo para disfrutar de SU palabra). ¡ÉL SABE!

A medida que CRECEMOS en el conocimiento de SU omnisciencia y gracia, aprendemos a entregarLE cada instante. ÉL es el Alfa y la Omega – el Primero y el Último. ÉL SABE el fin desde el principio. ÉL ES DIOS. Y nos AMA lo suficiente como para morir por nosotros en una cruz profundamente terrible. Nunca comprenderemos la profundidad de SU dolor. ¡Solo Dios pudo soportarlo! A través de SU dolor, recibimos SU perfección – para siempre. Al comprender lo que JESUCRISTO ha hecho – anhelamos honrarLO. Al mejorar nuestra capacidad para honrarLO, nos damos cuenta de que SU amor es más profundo de lo que entendemos.

SU omnisciencia nos permite “echar nuestra carga (lo que ÉL nos ha dado – nuestra existencia) sobre el SEÑOR”. ÉL SABE todo. Y nos pide que nos sometamos a ÉL. Al rendirnos al ESPÍRITU SANTO, comenzamos a comprender con mayor claridad – “debemos morir”. Mi demanda para obtener “mi” vida carece de sentido. Mi orgullo solo me causa dolor a mí mismo y a quienes me rodean. El orgullo no ayuda a nadie. Nunca. Solo daña. Y nuestro “orgullo” es un poderoso motivador. Cada día, mi carne quiere demostrarme a mí y a quienes me rodean que “yo” soy importante. Cuando – en realidad – no lo soy. ¡JESUCRISTO en mí es IMPORTANTE! Nunca yo. Y nunca tú tampoco.

Al considerar cuidadosamente quiénes somos en JESUCRISTO, aprendemos a depositar nuestras cargas (y todo lo que el SEÑOR nos ha dado) en ÉL. Y ÉL ES fiel. Al definir “quién soy” EN ÉL, la vida se aclara. No soy ni poseo nada que no LE pertenezca. Mi vida, mi cuerpo y mi alma – LE pertenecen. ÉL creó todo lo que soy y tengo para SU gloria y para mi bien. Al comprender esta verdad – “muero” con mayor disposición a mi orgullo insensato. No tengo nada que puedo llamar mío – excepto mis pecados y mi orgullo. Esos son míos.

A medida que crecemos en rendirnos a ÉL y anhelamos "honrarLO", "hacemos" más de las buenas obras que ÉL preparó de antemano. (Efesios 2:10) Nos "volvemos" más justos sin intentarlo. El deseo de amar a nuestro DIOS y a nuestro prójimo brota de nuestros corazones. La vida en JESUCRISTO es "natural". Sincera. Honesta. Y el SEÑOR nunca permitirá que SU justo sea sacudido. (Note el cambio de enfoque del "cargado" al principio al "justo" al final. Hay "crecimiento" implícito en este versículo). A medida que aprendemos a echar nuestras cargas (todo lo que somos) sobre el SEÑOR – nos volvemos justos. Y el SEÑOR protege a quienes se rinden a ÉL. En nuestra sumisión, en nuestra debilidad – ÉL ES fuerte. Y no tenemos que preocuparnos por el estrés, la inseguridad, la duda y todas las demás consecuencias negativas de nuestro orgullo carnal. Confiamos en ÉL sencillamente. Como un niño. Y aprendemos que nuestro SEÑOR verdaderamente es BUENO.
Echa sobre el SEÑOR tu carga (lo que ÉL te ha dado) 
y ÉL te sustentará; 
ÉL nunca permitirá que el justo sea sacudido.

1 comment:

Un Día Ocupado - Cuídense

Santiago 4:17   Por tanto, al que sabe hacer lo bueno (correcto) y no lo hace,  eso le es pecado. Santiago, el autor de esta epístola, era c...