Friday, August 22, 2025

Cambios Profundos

2 Corintios 7:1 
Por tanto, 
amados, 
teniendo estas promesas, 
limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu,
perfeccionando la santidad en el temor de Dios.

Por lo tanto – (Pablo está “siendo” Pablo. El ESPÍRITU SANTO guió a Pablo a escribir las palabras que escribió. La dicción de Pablo y el vocabulario griego “se manifiestan” en sus escritos. La Biblia – en su idioma original – ES la PALABRA de DIOS literal. DIOS nos habla a través y en SU ​​palabra. Los pensamientos en la Biblia SON los pensamientos de DIOS. El ESPÍRITU SANTO llenó a los hombres y los guió a escribir palabras que contienen los pensamientos de DIOS. Vemos, de nuevo, a Pablo escribiendo mientras el ESPÍRITU SANTO lo “guió” a escribir los pensamientos de DIOS.) Pablo acababa de mencionar varias promesas de DIOS a SU pueblo escogido. Las promesas que Pablo mencionó en 2 Corintios 6:16-18 tienen MUCHO apoyo bíblico que se encuentra en Éxodo, Levítico, Isaías, Jeremías, Ezequiel, Juan, Romanos y Apocalipsis. DIOS promete “caminar” entre SUS hijos e hijas adoptivos. ÉL ES nuestro DIOS y nosotros SOMOS SU pueblo. Simplemente no lo vemos – todavía. ¡Lo veremos! Nuestro futuro es inevitable. ¡Consumado ES! Por estas verdades eternas (desde el momento en que fuimos "salvados" hacia el futuro eterno) – Pablo afirma – "por lo tanto". Porque SABEMOS que pasaremos la eternidad en la presencia de DIOS. Porque hay TANTO respaldo bíblico para estas verdades – SABEMOS que tenemos estas PROMESAS.

“Limpiémonos” - “hagamos” justicia (Miqueas 6:8). Primero – en nuestro corazón y mente. “Examíname, oh DIOS, y conoce mi corazón” (Salmos 139:23). “Limpiémonos de toda contaminación de carne y espíritu”. Debemos seguir sometiéndonos al ESPÍRITU SANTO. Al “hacerlo” – aprendemos a “morir a nosotros mismos”. No hay nada en nuestra carne que honre a DIOS. Solo al morir – vivimos verdaderamente. Y al avanzar en el proceso de santificación (ser hechos santos) – nos volvemos más como ÉL – menos como “nosotros”. En su carta a su discípulo Timoteo, Pablo expresó la importancia de la santificación de esta manera: “Porque el ejercicio corporal aprovecha poco, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa para la vida presente y también para la venidera” (1 Timoteo 4:8). Las habilidades “espirituales” que adquirimos y mejoramos – mediante la guía y la bendición del ESPÍRITU SANTO – permanecen con nosotros para siempre. No hay mejor enfoque para nuestras vidas que la continua mejora que nos proporciona el ESPÍRITU SANTO. Su “mejora” de nuestra “perspectiva y vida diaria” es un proceso doloroso para nosotros porque estamos profundamente convencidos de que “sabemos” mejor que DIOS o cualquier otra persona “cómo” vivir esta vida. Y cuando DIOS, a través del ESPÍRITU SANTO – interviene para redirigir nuestros pensamientos – nos sentimos heridos – ofendidos – nos cuesta cederLE el “control”. Tardamos en darnos cuenta de lo orgullosos y tercos que somos. Gracias a DIOS, nuestro SEÑOR es paciente y fiel.

DIOS – en la forma de la TRINIDAD – tiene como SU meta nuestra perfección eterna. El PADRE no puede estar en nuestra presencia a menos que seamos SANTOS. El HIJO murió para que pudiéramos comenzar el proceso de nuestra “salvación” en estos cuerpos mortales y pecaminosos. JESUCRISTO nos salvó mediante SU muerte vicaria en la cruz. Ahora hay un “nuevo ser” dentro de nosotros que anhela ser perfeccionado – hecho santo. El ESPÍRITU SANTO continúa convenciéndonos, guiándonos, disciplinándonos, amándonos y animándonos a cada momento de cada día para que seamos más como ÉL – menos como “nosotros”. Y la meta de DIOS es la perfección. ÉL no aceptará nada menos. ÉL logrará SU meta. Seremos “sabios” que LE permitiéramos completar la mayor parte de este proceso aquí – en esta vida. A medida que el ESPÍRITU SANTO nos perfecciona en “esta vida” – guardamos más “tesoros en el cielo”. Aquellos de nosotros que “insistimos” en nuestra carne en esta vida – seremos “salvos” – como si hubiéramos pasado por fuego” (1 Corintios 3:15).

Así que – mis queridos hermanos y hermanas – déjanos seguir siendo “perfeccionados en la santidad del temor de DIOS”. Nuestro SEÑOR JESUCRISTO no nos pide que pasemos por experiencias que ÉL no haya experimentado a un nivel aún más profundo. (ÉL nunca necesitaba ser perfeccionado en la santidad porque siempre fue perfectamente santo). Sin embargo, ÉL sufrió mucho más que la incomodidad (daño) que “sentimos” al ser “perfeccionados en la santidad”. ÉL sufrió un castigo eterno que no podemos comprender. JESUCRISTO ahora nos pide con amor que “muramos” para que ÉL pueda “vivir” a través de nosotros. Somos SU cuerpo. Debemos servir y honrar a nuestro SEÑOR con nuestras vidas. Deberíamos sentirnos animados por el ejemplo de nuestro SEÑOR y por SUS promesas de que un “día” – ÉL caminará entre nosotros. Y SEREMOS “perfectos” – como ÉL ES perfecto.
Por tanto, 
amados, 
teniendo estas promesas, 
limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu
perfeccionando la santidad en el temor de Dios.

1 comment:

Cambios Profundos

2 Corintios 7:1  Por tanto,  amados,  teniendo estas promesas,  limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la...