Marcos
8:36
O, ¿de qué le sirve a un hombre
ganar el mundo entero
y perder su alma?
¿Eres una persona
pensativa? La palabra de Dios nos dice en numerosos versículos que debemos ser
personas que “meditan" (piensan) en Su palabra (Salmo 1). Debemos “renovar
nuestra mente” (Romanos 12:2), lo cual requiere “reflexión” y una “transformación”
por el Espíritu Santo. Nuestro Señor quiere que seamos personas que “pensamos”
sobre lo que Él ha hecho. Hebreos 12:3 expresa la importancia de ser “pensativos”
de esta manera: “Porque ‘consideren’ a Aquel que soportó tal hostilidad de
pecadores contra Sí Mismo, para que no se cansen ni desfallezcan”. Al “reflexionar”
sobre quiénes somos y lo que Jesucristo ha hecho por nosotros – sería prudente
que organizamos nuestras prioridades en consecuencia.
NO debemos vivir
para la comodidad y los placeres de esta vida. La pregunta que Jesús hace en
Marcos 8:36 nos ayuda a aclarar nuestras prioridades. ¿Para qué sirve el
dinero? ¿Las cosas? ¿De qué sirven? La respuesta honesta, sincera y "reflexiva" es que el
dinero y las cosas no ofrecen NADA. Están hechas de polvo. Y al polvo volverán.
Todas las
personas que nos “rodean”, que luchan, sudan y trabajan catorce y quince horas
al día, pasarán la eternidad en el infierno – si no conocen a Jesucristo. ¿Y
quién recordará su esfuerzo? ¿Por qué trabajaron tanto? Haríamos bien en mirar
a nuestro alrededor y “considerar” lo que vemos. Esta vida es profundamente
confundida. Y casi todos los que “vemos” en esta vida lamentarán eternamente su
egoísta y orgullosa existencia.
Aquellos de
nosotros que, por Su gracia, comprendemos las palabras de Jesús – seríamos
sabios al vivir hoy más profundamente para Él. La pregunta que Jesucristo
plantea en Marcos 8:36 debería motivarnos a rechazar aún más el mundo. El mundo
no ofrece nada de valor. Jesucristo es la única Persona que da sentido a
nuestras vidas. Sin Él, no vivimos para nada. Literalmente. Todos los que te
rodean hoy – quienes no Lo conocen – viven para nada. Porque su destino eterno
es el sufrimiento y el dolor.
Y seríamos SABIO
al rechazar este mundo con aún más pasión – porque no ofrece nada. Vacío.
Vanidad. Jesucristo – Dios envuelto en
carne humana – murió para que pudiéramos pasar la eternidad con Él en un cielo
perfecto. Y Él nos pide que rechacemos al mundo que Lo rechazó. Él – respetuosamente
y profundamente – nos pide que “nos neguemos a nosotros mismos, tomemos nuestra
cruz y Lo sigamos” (Marcos 8:34).
Al considerar la
pregunta de Jesús en Marcos 8:36 – comprendemos más profundamente la
importancia de rechazar al mundo y seguirLo. Honramos a Jesucristo al negarnos a nosotros
mismos. Demostramos al “mundo” que no lo pertenecemos. Y no queremos tener nada
que ver con él. El mundo puede quedarse con sus cosas. Tenemos a Jesucristo. Él
creó todo en este mundo. Y este mundo un día será juzgado por rechazar a su
Creador. Mientras tanto, es bueno que establezcamos prioridades en nuestras
vidas y las vivamos. Busquemos PRIMERO el reino de Dios. Esto es bíblico.
Seamos verdaderos seguidores de Jesucristo y dejemos atrás el “mundo” y su
confusión egoísta.
O, ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero
y perder su alma?
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
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