Isaías 60:3
Y acudirán las naciones a tu luz,
Y los reyes al resplandor de tu amanecer.
La nación de Israel se encuentra en una situación difícil – ahora mismo.
Los palestinos que viven en la “Tierra Prometida” no desean la paz. Israel
ofreció “tierra” a los palestinos hace sesenta años. Ellos rechazaron la
oferta. Los palestinos creen que TODA la “tierra” les pertenece. La quieren
TODA. La ira entre palestinos y judíos es el resultado de siglos de guerra
familiar y espiritual. Pero DIOS - completará lo que ha comenzado para SU pueblo pequeño / escogido.
El odio y la
división comenzaron con los hijos de Abraham – Ismael e Isaac. Los musulmanes
mencionan a Abraham e Ismael en el Corán. Creen que su conexión con Dios – alá –
proviene del linaje de Ismael. Y de ahí proviene este odio y desacuerdo
centenario. Satanás odia al DIOS viviente y continúa incitando el desacuerdo
natural sobre las antiguas fronteras de la Tierra Prometida. Isaac fue el hijo
elegido de Abraham. Recibió las bendiciones y la herencia que se encuentran en
el DIOS de la Biblia. Es a través del linaje de Isaac que Jesucristo vino.
Ismael era el hijo ilegítimo del esclavo. No tiene herencia en la Tierra
Prometida.
Hoy, Israel está
a punto de firmar un “nuevo” acuerdo que creará un Estado palestino dentro de
la nación de Israel. Obviamente, incluso si este acuerdo “hecho por humano”
dura unos pocos años – fracasará. Los libros de Mateo (profecías de Jesucristo)
y Apocalipsis son claros. Un “día” – Israel se quedará solo. El mundo entero
marchará unido para destruir a la nación elegida por Dios – Israel. En el
último momento antes de su inminente destrucción –JESUCRISTO el MESÍAS
regresará en un caballo blanco (Apocalipsis 19) y “salvará” a SU nación. El
anticristo y la falsa religión mundial serán derribados – permanentemente.
En aquel día – el
día en que JESUCRISTO regrese triunfalmente a Jerusalén – Él comenzará Su
reinado de mil años. El Rey de reyes se sentará en Su trono en Su ciudad
elegida – Jerusalén. Y hará que todas las naciones del mundo traigan sus
tesoros a Su ciudad para adornarla a Su gusto (vea Isaías 60).
Y esto es
exactamente lo que describe gran parte de la segunda mitad del libro de Isaías
(inclusivo aquí en el capítulo 60). Las naciones del mundo vendrán a Jerusalén –
la ciudad santa y elegida de Dios. Vendrán reyes. Jerusalén resplandecerá con
la presencia del Rey de reyes. Durante el reinado de mil años - el sol y la luna
seguirán existiendo. La presencia de Jesucristo hará brillar la gloria de la "shekinah" en Su ciudad. Y nuestro Señor cumplirá todas las promesas que le hizo
a Abraham en el libro de Génesis. Él completará lo que Él comenzó - incluso los detalles.
Nuestro SEÑOR es
inmutable. Él no puede cambiar. Él no puede mentir. Él hará lo que Él prometió.
Las obras que Él prometió – se cumplirán – tienen que suceder. No hay manera de
alterarlas ni cambiarlas. ÉL ES DIOS.
Porque Dios es
inmutable y santo – podemos descansar. SABEMOS cuál será el fin de Israel y de
este mundo caído. Israel sufrirá mucho antes de que nuestro SEÑOR JESUCRISTO
los rescate. Nosotros – los que estamos en la "iglesia" – seremos
sacados de este "mundo" en el rapto. La tribulación que ocurrirá
después de ser "arrebatados" (Apocalipsis 4-19) será terrible. Y
estas cosas tienen que ocurrir. Nuestro DIOS así lo dijo.
Debemos sentir
gozosos al leer Isaías 60. El
hecho de que Jerusalén será establecido como el salón del trono de nuestro
SEÑOR nos debe dar seguridad eterna en cuanto a “quiénes somos”. Nuestro SEÑOR
nos llama - Sus hijos adoptivos. No hay mejor título
en esta vida caída. También nos esperan muchas
promesas inevitables. Nuestro SEÑOR no miente. Somos un pueblo muy bendecido –
aquellos que han sido elegidos eternamente por Él. Nos espera un futuro
increíble.
Y acudirán las naciones a tu luz,
Y los reyes al resplandor de tu amanecer.
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
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