Wednesday, September 10, 2025

ENSÉÑAME

Salmos 143:10  
Enséñame a hacer Tu voluntad, 
Porque Tú eres mi Dios; 
Tu buen Espíritu me guíe a tierra llana.

Enseña me – estas dos palabras son profundas al unirse. Para que alguien diga honestamente –"Enséñame" – se ha dado cuenta de que su “forma” de vivir es inadecuada. No he conocido a muchos cristianos que realmente crean que necesitan ser "enseñados" por DIOS. Son raros. La gran mayoría de los cristianos que he conocido se "persignan" y "arrancan su microbús” cada mañana. Le piden a DIOS que "bendiga" sus planes. Esta persona NO es enseñable. Quien le pide a DIOS que le enseñe ha llegado a la clara conclusión de que no puede "hacer" esta vida correctamente. "ENSÉÑAME". No sé cómo "hacer" el hoy – momento a momento – de una manera que TE honre. Llego a esta vida con dudas, una incertidumbre constante de si mis palabras y acciones LO honran. Aprendo a sentirme cómodo con la vacilación de "pedirLE" a DIOS antes de responder al requisito del momento. Aprendo a depender del ESPÍRITU SANTO para “hacer” la vida.

Enséñame a HACER TU voluntad. TU voluntad no es lo que “yo” quiero. Mi carne es egocéntrica y orgullosa. Quiero cosas buenas y comodidad. TÚ quieres ser honrado. Son dos objetivos distintos. No se entrelazan. Uno me hace feliz y me hace sentir cómodo – el otro HONRA A DIOS. Uno se centra en “mí” – el otro me requiere “morir”. La mayoría de los “cristianos” que he conocido prefieren el “cristianismo” egocéntrico. Rara vez – o nunca – eligen honrar a DIOS. “Creen” que honran a DIOS llegando a la iglesia cuando pueden y diciendo algunas palabras espirituales en el momento oportuno. La voluntad de DIOS está lejos de ellos. Y ni siquiera son conscientes de lo egoístas que son.

Enséñame a HACER TU voluntad. Entiendo que NO sé “cómo” hacerla. Entiendo que TU voluntad es más que simplemente leer la Biblia y asistir regularmente a la iglesia. Entiendo que TU voluntad tiene un precio. TU voluntad me cuesta "mi" vida. Ya no puedo vivir para mí mismo. Ya no busco lo que personalmente disfruto. TU voluntad se convierte en mi fuente de gozo y placer. TU voluntad es la razón de mi existencia. Fui creado para hacer TU voluntad – no para mi orgulloso y egocéntrico disfrute de esta vida caída. TU voluntad me bendice a mí y a quienes me rodean mucho más que mis placeres egocéntricos. 

Porque TÚ eres mi DIOS. Eres la fuente de “cómo” me defino a mí mismo y a la vida. TÚ me creaste. TÚ eres el SEÑOR de todo. Y porque me amaste – puedo llamarte “mi” DIOS. TÚ eres mi SEÑOR. Y TE busco como un esclavo busca a su amo. No sé qué quieres que haga hasta que me lo digas. TÚ eres mi SEÑOR. Y espero TU instrucción – TU dirección. Así como el esclavo en una casa no sabía qué hacer hasta que su amo le dio instrucciones. TÚ eres mi DIOS.

Que TU buen ESPÍRITU me guíe. Hoy entendemos mucho mejor que David cuando escribió este Salmo hace 3000 años. El ESPÍRITU SANTO es QUIEN – según SU nombre – ES – santo y DIOS. ÉL quiere que seamos santos porque ÉL ES santo. Y nos guiará a “hacer” cosas santas – no egocéntricas. ÉL quiere que centremos nuestras vidas en los demás – no en nosotros mismos. El ESPÍRITU SANTO ES DIOS. Y DIOS ES amor. El amor busca la gloria de DIOS y el beneficio de los demás – NO el nuestro. 

Y el ESPÍRITU SANTO nos guía a tierra llana. El ESPÍRITU SANTO es constante. La vida que “caminamos” diariamente es una de servicio constante a los demás. ÉL es constante. ÉL persevera en nosotros. A medida que aprendemos a confiar en ÉL – perseveramos con ÉL en esta vida. Nuestras vidas se vuelven estables. Asistimos a la iglesia fielmente. No faltamos porque … (ponga su excusa aquí…) Estamos con SU pueblo porque ÉL ama a SU pueblo. Y los apoyamos con nuestra presencia. Nuestras vidas son consistentes. Y aquellos con quienes compartimos esta vida se dan cuenta de “quiénes” somos simplemente por nuestra consistencia. “Caminamos” en tierra llana y sólida. Porque nuestro SEÑOR es el “CAMINO” (Juan 14:6). Y SU CAMINO es constante, estable, seguro.  SU “CAMINO” es uno del servicio constante.  Porque ÉL ES amor.  
Enséñame a hacer Tu voluntad, 
Porque Tú eres mi Dios; 
Tu buen Espíritu me guíe a tierra llana.

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