Hechas en DIOS

Juan 3:21 

“Pero el que practica la verdad 

viene a la Luz, 

para que sus acciones sean manifestadas 

que han sido hechas en Dios”.

¿Cómo va el estudio bíblico? ¿Lees la Biblia a diario? ¿Meditas en la palabra de Dios (Salmo 1:2-3)? Este salmo es una interesante conexión con el versículo de hoy. Si meditamos en la palabra de Dios, nos convertimos en “un árbol plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto...” Una persona que anhela honrar a nuestro Señor con su vida meditará en la palabra de Dios. Anhelará ser transformado. El deseo de “practicar la verdad” lo conmoverá a “conocer” a su eterno Salvador más profundamente, más íntimamente.

A medida que conocemos más profundamente al Señor Jesucristo, queremos ser como Él. No queremos “practicar el pecado”. No queremos ser como nuestro “viejo yo”. A medida que crecemos en santidad, caminamos con mayor disposición “en la luz”. Su palabra ya no nos incomoda tanto como al principio. (La Luz ilumina nuestros pecados). Su palabra aún nos convence y santifica (Juan 17:17). Pero – a medida que nos asemejamos más a Él – la convicción disminuye. (Al mismo tiempo – literalmente morimos más a nosotros mismos).

“Disfrutamos” de venir a SU Luz. Entendemos que el único significado que nuestras vidas tendrán está (se encuentra) en Él. Todo lo demás que “hagamos” – permanecerá aquí – en el polvo del que provino. Las obras que realizamos para / por / a través de Jesucristo permanecerán para siempre. Son tesoros en el cielo que Él nos “preparó de antemano para que anduviésemos en ellos” (Efesios 2:10). Las obras que realizamos para / por / a través de Él fueron hechas en Dios.  No hay mejor propósito que vivir para el Creador del universo y “saber” que nuestras obras fueron hechas en Dios.

Es BUENO “meditar en la palabra de Dios” y ser transformado. Es BUENO vivir una vida que honre a Jesucristo. Al “hacer” estas cosas – nos acercamos a Él – la única, verdadera Luz (1 Juan 1:5). Y nuestras obras se convierten en las obras que Él quiere que hagamos y digamos. Es BUENO ser como nuestro Señor. Es BUENO que “muramos” (después de haber nacido “de nuevo”) para que Él viva a través de nosotros.

“Pero el que practica la verdad 

viene a la Luz, 

para que sus acciones sean manifestadas 

que han sido hechas en Dios”.