Romanos
8:26  
De la misma manera, 
también el
Espíritu nos ayuda 
en nuestra debilidad. 
No sabemos orar como debiéramos, 
pero
el Espíritu mismo intercede por nosotros 
con gemidos
indecibles.
Para entender las
palabras que inician este versículo – “de la misma manera” – necesitamos ver la
perícopa (pasaje) justo antes de este versículo. El contexto de “de la
misma manera” se encuentra en Romanos 8:18-25. Y ese “contexto” es – no entendemos
dónde “vivimos”. La creación sufre. Hoy. Ahora mismo. Los leones
tienen hambre y sed, y los conejos se esconden en las madrigueras. No estamos
en nuestro “hogar”. Y somos sabios cuando dejamos de insistir en que “nuestra”
perspectiva – “nuestras” oraciones – sean respondidas. NO somos DIOS. Y nunca
lo seremos. Cuanto antes aprendamos a confiar en ÉL – más rápido aprenderemos a
buscarlo a ÉL y SU voluntad para nuestras vidas. NO nuestra voluntad. NO
nuestra perspectiva. Necesitamos “vivir” nuestras vidas en la “esperanza” que
DIOS ha provisto. Necesitamos “entender” la vida desde una perspectiva espiritual - NO física. (En la nación más rica de la Tierra – los EE. UU. – muy, muy pocos
“cristianos” intentan “hacer” esto.  En su vida "carnal" - el dinero “soluciona” los problemas. Y los
“cristianos” corren a todas partes para ganar “dinero”. Su “dios” es lo que ven
y lo que pueden comprar.) Esto da aún MÁS RAZÓN para que dependamos del
ESPÍRITU SANTO y SU guía.  La mayoría
(casi toda) de las personas que "vemos" en la iglesia no están
interesadas en ser "dirigidas" por nadie ni por nada excepto
por el dinero. Y así es como viven.
PERO – aquellos
de nosotros que ESCOGEMOS seguir a JESUCRISTO debemos aprender – “Es necesario que ÉL crezca,
y que yo disminuya”
(palabras sabias de Juan el Bautista – Juan 3:30). Literalmente, en verdad NO
sabemos “cómo” hacer hoy. Pero – con nuestros ingresos y nuestro “conocimiento”
– corremos a nuestras responsabilidades diarias. Y – “ES BUENO” que tengamos
actividades diarias. Debemos trabajar. “Con el sudor de tu frente…” (Génesis
3:19). El problema surge cuando no LE preguntamos a DIOS si nuestra vida diaria
es “donde” y “qué” ÉL quiere que hagamos y seamos. Somos más sabios cuando
entendemos profundamente Romanos 8:18-25 – lo que “vemos” no es “quiénes” somos
o seremos. Si podemos “verlo” – la esperanza no es necesaria (v.24). Y nuestro
SEÑOR quiere que vivamos por “esperanza” en ÉL. Vivamos con la incertidumbre de
que “puede ser” que no estemos donde ÉL quiere que estemos. Y buscar
continuamente a ÉL y SU guía.
Después de reflexionar
sobre estos temas y poner el versículo en su “contexto” – el versículo 26 cobra
mucho más sentido. “De la misma manera” —en nuestra falta de comprensión de “quiénes”
somos y “qué” debemos hacer— el ESPÍRITU SANTO nos ayuda en nuestra debilidad.
DIOS SABE que tenemos un entendimiento limitado. ÉL SABE que nuestro corazón
nos engaña. Y ÉL está dispuesto a ayudarnos – si “ESPERAMOS” en ÉL – no en
nosotros mismos. Porque somos “débiles”. Esta es una idea que no estamos muy
dispuestos a aceptar ni creer. Preferimos el orgullo y una vida organizada /
planeada. Pero – nuestra “carne” es débil y egoísta. Y nosotros también.
 “Porque no sabemos orar como debiéramos.” ¿Puede DIOS ser más claro? Este pensamiento es
muy claro. Otros dirán – la Biblia nos instruye a “orar por los enfermos – las
oraciones del hombre justo…” (Santiago 5:14-16). Hay otros versículos que nos
instruyen a “orar”. Y debemos hacerlo. Porque somos débiles. Nuestros hermanos
y hermanas en CRISTO necesitan ánimo. Necesitan “recordar” que nuestro SEÑOR ES
BUENO – sin importar el resultado de nuestras circunstancias (libro de Job). Y
debemos amar a nuestros hermanos y hermanas y orar con ellos y por ellos.
Mientras recordemos – nuestro SEÑOR SABE. Todo. En todo momento. En todo lugar.
Y ÉL HARÁ como LE plazca.
Así que –
aprendamos a confiar en las oraciones del ESPÍRITU SANTO por nosotros y con
nosotros cuando oramos. ÉL habla con el PADRE con gemidos que no entendemos.
Pero – confiamos en ÉL. Dependemos de ÉL. “Morimos a nosotros mismos” y
buscamos SU guía. En un mundo caído.  Donde
nos “ocupamos de nuestra salvación con temor y temblor” (Filipenses 2:12) –
ocupando cuerpos pecaminosos y corazones engañosos. Queremos honrar a nuestro SEÑOR.
Más que nada – honrarLO a ÉL. Así que – aprendamos a “escuchar” lo mejor que
podamos. Y esperemos en ÉL. Al emprender las “actividades” de hoy – con
la sana duda de que SOMOS “quienes” ÉL quiere que “SEAMOS”.
De la misma manera, 
también el Espíritu nos ayuda 
en nuestra debilidad. 
No sabemos orar como debiéramos, 
pero el Espíritu mismo intercede por nosotros 
con gemidos indecibles.
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
ReplyDelete