Friday, October 3, 2025

Sabiduría Cara

Eclesiastés 7:4 
El corazón de los sabios 
está en la casa del luto, 
Mientras que el corazón de los necios 
está en la casa del placer.

Una persona sabia “considerará” o “reflexionará” sobre el dolor y la pérdida que experimenta cuando fallece un ser querido. “El tiempo” que pasamos en este planeta caído es limitado. “No estamos en casa.” Cuando alguien a quien amamos deja esta vida – podemos aprender mucho sobre nosotros mismos y nuestro papel en esta vida – SI nos tomamos el tiempo para “aprender” de la experiencia. Somos sabios al considerar nuestro “fin”.

Salomón contrasta la sabiduría de una persona reflexiva con la dureza y el cinismo que crea el egocentrismo. Como pecadores caídos, dedicamos muchísimo tiempo y esfuerzo a crear momentos placenteros o memorables. Esta NO es la razón de nuestra existencia. Quienes se centran en el próximo “momento placentero” son necios. La incesante necesidad o deseo de “ser felices” es un ejercicio inútil. Nunca tenemos “suficientes” momentos felices o placenteros. Nuestro egoísmo se convierte en un hábito difícil de romper.

La Biblia nos instruye a ser personas de "contentamiento". "Pero la piedad, en realidad, es un medio de gran ganancia cuando va acompañada de contentamiento" (1 Timoteo 6:6). Nuestras circunstancias siempre podrían ser mejores. También podrían, con la misma facilidad, ser mucho peores. Debemos considerar el "dolor y la pérdida" que sufrió Job. Él "aprendió" de DIOS que nuestras circunstancias están bajo SU soberanía. No somos tan importantes como "tratamos" de hacernos creer. DIOS puede hacer con nosotros lo que LE plazca. No "pedimos" estar aquí. Si ÉL soberanamente "elige" arrebatarnos a un ser querido – comprenderemos más profundamente SU control sobre la vida que "conocemos". Y sabiamente "aceptamos" y estamos "contentos" con lo que tenemos hoy. No hay "necesidad" de más. Podemos "querer" más. Pero estos "deseos" siempre nos llevan al "placer" que buscan los necios.

Nos encontramos en una posición mucho más sabia en la vida si reconocemos nuestra mortalidad y debilidad ante ÉL. Pablo fue afligido en su corta vida por una "aguijón en la carne". De esta constante fuente de incomodidad, aprendió un concepto que sería prudente comprender – "Y me ha dicho: 'Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad'. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de CRISTO more en mí" (2 Corintios 12:9). Cuando confiamos en Dios para definir quiénes somos y nuestras circunstancias – no "queremos" nada más. ÉL es suficiente. ÉL es más que suficiente. Y estamos sencillamente, profundamente agradecidos de que ÉL haya elegido compartir el día de hoy con nosotros. Independientemente de las circunstancias "materiales" de nuestras vidas.

No que hable por necesidad, pues he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente y sé tener prosperidad; en cualquier circunstancia he aprendido tanto el secreto de estar saciado como el de tener hambre, tanto el de tener abundancia como el de padecer necesidad” (Filipenses 4:11-12). Solo aprendemos a estar contentos cuando sufrimos la pérdida o la falta de alguien o de “algo”. Cuando pasamos por necesidades – poco a poco nos damos cuenta de que nuestra existencia física no define QUIÉNES somos. Cuando perdemos a un ser querido – empezamos a pensar de nuevo “por qué” estamos aquí en esta tierra. Y dependemos MENOS de nuestro entorno físico para definirnos.

Nuestro SEÑOR NO nos creó para que hiciéramos nuestro “hogar” aquí. No “aquí”. Este es un lugar bajo SU maldición. NO estamos en casa. Al perder a nuestros seres queridos – nuestro propósito se aclara. Al aclararse nuestro propósito – glorificamos a DIOS con nuestra existencia con mayor eficacia. Y SU gloria es la razón de nuestra existencia. Si nos esforzamos por ser “felices” aquí – en este polvo – solo logramos confundir nuestro propósito. Y nos confundimos más espiritualmente. Mis queridos hermanos y hermanas – ocupémonos de morir (a nosotros mismos) para vivir mejor (por y para Él) en esta vida caída.
El corazón de los sabios 
está en la casa del luto, 
Mientras que el corazón de los necios 
está en la casa del placer.

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Sabiduría Cara

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