Salmos
145:18
El Señor está cerca de todos los que Lo invocan,
De todos los
que Lo invocan
en verdad.
El SEÑOR está
cerca de todos los que Lo invocan. El ESPÍRITU SANTO reside en nosotros. Él
está muy cerca. Jesucristo quiere sentarse en el trono de nuestros corazones
(Apocalipsis 3:20). Él espera con respeto que reconozcamos Su presencia. Él
está muy cerca.
¿Y qué debemos “hacer”
para recibir dirección, guía y bendición de nuestro SEÑOR? David, hace poco más
de 3000 años – explicó lo que debemos “hacer”. Necesitamos invocar a nuestro
SEÑOR en verdad. No con nuestra versión distorsionada de SU verdad. Observa lo
que dice la Biblia sobre nuestras peticiones egocéntricas a Dios: “Piden y no
reciben, porque piden con malos propósitos, para gastarlo en sus placeres”
(Santiago 4:3). Es significativo que Santiago mencione unos versículos más
adelante que Dios da mayor gracia a los humildes: “Pero Él da mayor gracia. Por
eso dice: ‘Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes’” (Santiago 4:6).
Entonces, la
siguiente pregunta – ¿cómo puedo aprender a pedirle a nuestro Señor en verdad? Romanos
12:1-3 es un buen punto de partida. Necesitamos “convertirnos en sacrificios
santos”. Necesitamos “morir a nosotros mismos”. Luego, necesitamos no
conformarnos a este mundo. Necesitamos dejar de pedir lo que el mundo quiere
que tengamos. No nos conformemos a este mundo. Necesitamos permitir que nuestra
mente se renueve. (La "renovación" nos lleva al Salmo 1:2-3. Al
meditar en la palabra de Dios – día y noche – nos volvemos como un árbol
plantado junto a un arroyo. Nos volvemos constantes. Y la palabra de Dios nos
transforma). Volviendo a Romanos 12:3 (favor de leer Romanos 12:1-3 ahora) – al
renovar nuestra mente – nos volvemos más humildes. Entendemos más profundamente
lo pecaminoso que somos. Y no tenemos un concepto elevado de nosotros mismos.
Debemos notar un
patrón que se forma aquí. El Señor ayuda a los quebrantados. Él ayuda a Sus
hijos que están en verdadera necesidad. Sus hijos que no “ven” una respuesta.
Una “salida”. Mientras exijamos a Dios que haga por nosotros lo que creemos que
debería hacer – nuestras oraciones no serán respondidas. Pero cuando estamos
verdaderamente quebrantados – contritos – Dios responderá a Su tiempo y a Su
manera – “Los sacrificios de Dios son el espíritu contrito; Al corazón contrito
y humillado, oh Dios, no despreciarás” (Salmos 51:17).
___________________________________________
EXCURSO
Contrito - Según la Enciclopedia Bíblica Internacional, “Un corazón contrito es
aquel en el que el orgullo natural y la autosuficiencia han sido completamente
humillados por la conciencia de la culpa”. Las palabras hebreas y griegas que a
menudo se traducen como “contrito” en realidad significan “aplastado, lisiado o
quebrantado”. Cuando “contrito” modifica el corazón, obtenemos la
imagen de una conciencia aplastada por el peso de su propia culpa. Cuando un
espíritu humano deja de justificar sus malas decisiones, despierta a la
profundidad de su depravación y acepta humildemente la justa condenación de
Dios al pecado, la contrición está presente. Un corazón contrito no ofrece
excusas ni culpa a nadie. Está completamente de acuerdo con Dios en cuanto a su
maldad. Un corazón contrito se entrega a la misericordia de Dios, sabiendo que
no merece nada más que la justa ira (Isaías 6:5; Salmo 41:4).
___________________________________________
En estos tiempos
de abundancia y vidas ocupadas – no invocamos al SEÑOR "en verdad"
muy a menudo. ¡Lo invocamos MUCHO! Pero rara vez – en verdad. Y la verdad
"viene" con responsabilidades que debo cumplir. Primero – necesito
"conocer la verdad" (Juan 8:31-32). Si permaneces
en MI palabra... Y debo "entender" QUIÉN soy ante mi santo
SEÑOR. Soy un pecador. Un pecador perdonado – sí. Pero pecador al fin y al
cabo. Y mis peticiones a ÉL deben ser pocas. ÉL ya ha "HECHO" mucho
más por mí de lo que jamás podría pedir. Me ha dado la eternidad con ÉL. Cuando
recordamos esto – realmente no necesitamos "pedir" nada más - ¿verdad?
Deberíamos estar dedicados a ayudar a otros a conocer SU verdad. SU gracia.
Mientras caminamos en este "mundo caído en nuestros cuerpos
pecaminosos" debemos esforzarnos por honrarLo. Y mientras nos esforzamos
por honrarLo – en nuestro quebrantamiento – Él Señor ESTÁ cerca.
El Señor está cerca de todos los que Lo invocan,
De todos los que Lo invocan
en verdad.
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
ReplyDelete