Consejos Sabios

                                         Proverbios 29 
                                               Por favor lea Capítulo 29 de Proverbios 

9  Si el hombre sabio disputa con el necio,

sea que se enoje o que se ría, no tendrá reposo.

El libro de Proverbios está lleno de información que nos ayuda a estructurar nuestra vida diaria, si estamos dispuestos a ser enseñados (discípulos). Proverbios 29:9 es otro ejemplo de ello.
No es prudente discutir o debatir con alguien que demuestra que no es reflexivo. (Esto sucede cada vez con más frecuencia a medida que las escuelas enseñan a las personas cada vez menos habilidades de pensamiento crítico).
La persona responderá a una idea o pregunta razonable y reflexiva con ira o sarcasmo. La conversación no terminará bien. Así que no lo empieces. Hay veces que es mejor alejarse.

11  El necio da rienda suelta a su ira,

Pero el sabio la reprime.

La ira es una emoción peligrosa. Nos enojamos (casi todo el tiempo) porque somos egocéntricos. Cuando sucede algo que afecta negativamente lo que hemos definido como "correcto" o "bueno" o "normal" -cuando sucede algo que desafía esa definición- nos enojamos.  
Un "cristiano", una persona que reflexiona sobre la vida y su papel en ella, poco a poco conseguirá controlar su ira. Los bebés y los niños demuestran enojo cuando no obtienen lo que quieren. Los adultos (casi todo el tiempo) actúan igual. Nos enojamos porque no cumplimos con nuestras "expectativas".
El único momento en la Biblia en el que la ira es aceptable es cuando alguien ofende a nuestro Señor o Su reputación. Esto debería enojarnos porque Él nos creó a nosotros y a la persona que comete la ofensa contra Él. Deberíamos querer defender a Jesús, Aquel que dio Su vida para salvarnos para siempre.
Aparte de defender a Dios, la ira sólo demuestra que "nacimos en pecado". Estamos "naturalmente" deseosos de defender lo que queremos en lugar de cuidar de los demás. Esto se llama pecado. Entonces, la próxima vez (y cada vez posterior) que nos enojemos, debajo de la ira, pidamos a Dios que plante el entendimiento claro, solo estamos demostrando una actitud egoísta porque queremos que la vida funcione según nuestra definición. No es un buen lugar para ninguno de nosotros. Es Dios quien crea TODAS nuestras circunstancias para Su gloria y nuestro beneficio. (Ro. 8:28)

25  El temor al hombre es un lazo,

Pero el que confía en el Señor estará seguro.

Este proverbio es difícil. Todos tememos o respetamos a los humanos más
que a Dios casi todo el tiempo. Debemos comprar cosas y hacer cosas que nos
hagan "sentirnos" respetados y comprendidos por otros seres humanos.
Nuestra perspectiva sobre "cómo" vivir la vida se basa mucho más en
lo que aprendimos de otros humanos que en lo que Dios quiere que hagamos. Por
eso es tan urgente "ir a trabajar".
Según la Biblia, la urgencia que sentimos debe estar dirigida a
glorificar a Dios, nuestro Creador y Salvador. La falta de urgencia que
sentimos hacia Dios se muestra regularmente. Por ejemplo, no vamos a la iglesia
por diversas razones. O, si llegamos, llegamos tarde porque es “iglesia”. Dios
no lo ve de esta manera. Es Su cuerpo. Él anhela que lo honremos con nuestras
vidas más que con un "trabajo" o con lo que "poseemos".
Y la persona que pone a Dios en primer lugar puede descansar bien por la
noche. Sin inseguridades, sin dudas, sin arrepentimientos sobre cómo se pasó el
día si el día se pasó anhelando agradar a Dios y no a nosotros mismos ni a
otros humanos. PRIMERO, busca el reino de Dios, y TODO lo demás te será
añadido. (Mt. 6:33) Cuando vivimos este versículo, estaremos presentes en la
iglesia, a tiempo, con una sonrisa porque SABEMOS que honramos a Dios. Luego,
después de ser consistentes en la iglesia, podemos aplicar esta actitud en cada
aspecto de nuestras vidas y convertirnos en hijos de Dios que lo honran en todo
lo que hacemos. Es un proceso. Deberíamos empezar hoy.