Eclesiastés 3:11
Todo lo hizo hermoso en su tiempo;
también ha puesto eternidad en el corazón de ellos,
de modo que el ser humano no alcanza a comprender
la obra que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin.
Aquí estamos, al final
de un “año” 2023, y al comienzo de otro “año” 2024. Un año consta de 31.536.000
segundos. Cada segundo – los 200 o 300 que usarás para leer este devocional –
por ejemplo – fueron “prestados por el Dios vivo, generoso y amoroso." El “tiempo”
–cada precioso segundo– no nos pertenece y no puede ser reclamado. “CÓMO”
pasamos cada segundo es importante para nuestro Creador.
Salomón, el hombre más sabio que jamás haya existido, afirmó en
Eclesiastés 3:11 que “todo es hermoso a su tiempo”. Estamos vivos hoy, 31 de
diciembre de 2023, por Su gracia y bondad. Este momento es digno de ser
apreciado. Respetado. Se utiliza para honrar a Jesucristo.
En el resto de 3:11 – Salomón afirma que aunque tenemos “eternidad en
nuestros corazones” no le es dado al hombre entender lo que Dios está haciendo
de principio a fin. Estamos hechos a Su imagen. Queremos entender la eternidad.
Pero no se nos ha concedido comprender Sus propósitos desde “el principio hasta
el fin”. Debemos vivir y actuar por fe. Debemos hacer lo que Jesucristo nos
dijo que hiciéramos.
Debemos “amar al Señor nuestro Dios con todo nuestro corazón, y a
nuestro prójimo como a nosotros mismos” (Mateo 22:37-40). SI HACEMOS esto,
invertiremos sabiamente el “tiempo” que tenemos en esta vida caída. SI amamos
al Señor con todo nuestro corazón y a nuestro prójimo – SI actuamos según estos
conceptos segundo a segundo – 2024 será un año de bendición para quienes nos
rodean (en esta vida) y para nosotros mismos cuando dejemos esta tierra.
La salvación – el acto de ser rescatado de un infierno eterno – fue
completada por Jesucristo hace más de 2.000 años (630.720.000.000.000
segundos). Es un acto de Dios que ocurrió en el “tiempo”. Su acto soberano –
algo que Él puede hacer porque Él creó todo (incluido el tiempo) – nos “salvó”
eternamente. Pasaremos para siempre con Él. NO porque seamos buenos. No somos.
PERO porque Él eligió amarnos a pesar de lo egoístas y malvados que somos.
Jesucristo, el perfecto y único Hijo de Dios, soportó una eternidad de castigo
por una gran cantidad de pecadores (varios millones de nosotros) en la cruz
para que pudiéramos ser perdonados. Y somos perdonados. Porque Él sufrió y pagó nuestra deuda completa.
Entonces, "ocupémonos" de nuestra salvación.
"Ocupémoslo" un segundo a la vez, a lo largo de 2024. Si lo hacemos,
la gente que nos rodea lo notará. Serán bendecidos. Y el Señor lo notará:
oraremos sin cesar y estudiaremos más Su palabra. Todas estas cosas honran al
amoroso Señor que dio Su vida para “salvarnos”. Seamos serios y aprovechemos
sabiamente cada “segundo” que Dios nos presta de 2024.
Dios nos bendiga cada uno.