1 Corintios 13:13
Y ahora permanecen la fe,
la esperanza,
el amor:
estos tres;
pero el mayor de ellos es el amor.
La fe - la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. (He. 11:1)
La fe terminará cuando
muramos (o cuando ocurra el rapto). Ya no necesitaremos “confiar” o “tener
confianza” en lo que no vemos. VEREMOS a Jesucristo. Cara a cara. Sus amorosos
ojos marrones. La fe se acabará. Las obras que hemos hecho, guiados por Él, con
fe, permanecerán con nosotros. Pero la fe será cosa del pasado.
La esperanza - aguardando la esperanza bienaventurada, la manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo (Tito 2:13)
La esperanza también es extremadamente importante para nosotros.
Necesitamos “esperanza” en esta época del año (Navidad) y para nuestras vidas. “La
esperanza” que todo el mal, toda la violencia, toda la corrupción se detenga. Y
Jesucristo gobernará sobre todos con bondad y justicia. Cuando Jesucristo
gobierne, la esperanza ya no será necesaria. Nuestras vidas serán eternamente
tranquilas y buenas. La esperanza no existirá porque el futuro con Jesucristo
–la eternidad que “espera” a los creyentes– es seguro y bendito. “La esperanza”
terminará. Nuestro futuro es una
realidad permanente de paz perfecta y no hay nada para "esperar".
El amor - el amor es paciente, es
bondadoso. El amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante. No
se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el
mal recibido. El amor
no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera,
todo lo soporta. El amor nunca deja de ser... (1 Cor. 13:4-8)
Nuestro “Dios”, el “Dios que es amor” (1 Jn. 4:8) creó un lugar que
llamamos “cielo”. En ese “lugar” reina el amor. Satanás puede entrar y salir,
pero su existencia mentirosa y egocéntrica no altera la realidad de las
relaciones de quienes están en el cielo. Aman y son amados. ¡El amor gana! El
amor supera todos los pecados y errores que hemos cometido. El amor vence al
pecado, a la muerte, a Satanás. El amor es más fuerte que todo el mal que hemos
visto y conocido.
El amor que Jesucristo mostró por nosotros en la cruz fue una
demostración en el tiempo y el espacio del poder de Dios para hacernos justos
de manera perfecta. Somos "hechos justos por la 'fe'". La
resurrección de Jesucristo venció el pecado y la muerte. Aquellos cuyos pecados
sean perdonados algún día nunca volverán a pecar y nunca morirán. Serán
acompañados por el Espíritu Santo a la presencia de Jesucristo cuando dejen sus
cuerpos mortales (o serán arrebatados). Todo esto se completó en este “mundo”
gracias al amor. “Porque de tal manera amó Dios al mundo…” (Jn. 3:16).
Y un “día” – cuando los “días” que conocemos ya no existan (porque no
habrá sol ni luna – la vieja creación ha pasado) – conoceremos el amor
perfecto. Amor perfecto hacia TODAS las personas con las que tenemos que
interactuar. Para siempre. El nuevo cielo será un BUEN lugar. Y el Señor
reinará y será alabado por TODO el bien que es y ha hecho. Porque Él es amor.
Favor de escribir tus comentarios o preguntas aquí. Gracias.
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