Saturday, January 13, 2024

Prioridades

Salmos 27:4
Una cosa he pedido al Señory esa buscaré:
Que habite yo en la casa del Señor todos los días de mi vida,
Para contemplar la hermosura del Señor
Y para meditar en Su templo.

David era el rey de Israel. Tenía toda la riqueza, el poder y la influencia de Israel a su disposición. Podía pedir y obtener lo que quisiera. ¿Y qué pidió David? Pasar su vida en la casa del Señor todos sus días.

O-o-o-o-o – si tan solo fuéramos más como rey David. Es sabio anhelar estar con el Señor – en Su casa. Hebreos 10:25 nos dice – "no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros, y mucho más al ver que el día se acerca."  Es un advertencia que el pueblo - en los días de dureza - no respetará la importancia de congregarse.  ¿Hay alguien escuchando?  :)  (Los quiero, aunque lo dudan...)

En la cultura confusa de hoy – si faltas a una reunión o evento de la iglesia – “Está bien, no es gran cosa”. Para David, el rey de Israel, ERA un gran problema. Quería pasar TODOS sus días en la casa del Señor – reflexionando sobre Su Salvador y Rey. Estos son pensamientos sabios.

Debemos pensar en Aquel con Quien debemos tratar – Dios – Uno en Tres Personas. Él no cambia. En Él “no hay variación ni sombra de cambio” (Santiago 1:17). Entonces, deberíamos aprender cómo pensar acerca de la “iglesia” del rey David. Deberíamos anhelar estar con el cuerpo de Cristo. No por presión, sino por el amor y el respeto que tenemos por Jesucristo. El autor de Hebreos en el capítulo 10 nos recuerda que es gracias a “la sangre de Cristo” que podemos entrar al santuario con confianza. Jesucristo aprecia cuando “recordamos” por qué podemos ir a la “iglesia” (Su cuerpo) con confianza. NO es porque somos buenos. NO somos buenos, incluso después de haber sido salvos. Demostramos lo NO buenos que somos cuando faltamos a las actividades de la iglesia porque tenemos que “trabajar” o “un miembro de la familia” está enfermo, o cualquier pretexto o evento que ponemos antes que estar con Su pueblo - la iglesia. 
 Es un honor ser salvo
Jesucristo nos honró al derramar 
Su preciosa sangre por nosotros
Como mínimo, debemos devolver el honor estando en Su casa, tan a menudo como sea posible. No por presión, sino por una comprensión “reflexiva” de quiénes somos y a QUIÉN servimos.

1 comment:

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