Lucas
10:39-42
Ella (Marta) tenía una hermana que se llamaba
María, que sentada
a los pies del Señor, escuchaba Su palabra.
Pero Marta se
preocupaba con todos los preparativos.
Y acercándose a Él, le dijo:
“Señor, ¿no te importa que
mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude”.
El Señor le respondió: “Marta,
Marta, tú estás preocupada y molesta por tantas cosas;
pero una sola cosa es necesaria,
y María ha escogido la
parte buena,
la cual no le será quitada”.
María y Marta son un par
de hermanas que el Señor soberano creó para que aprendamos de ellas. Marta
estaba trabajando para “servir” al Señor. Ésto es una cosa buena. Se nos pide
que nos sirvamos unos a otros y al Señor. Es una forma de demostrar amor.
Marta
tiene tres problemas con su perspectiva de vida.
1) Su servicio no fue ofrecido desde el amor incondicional. Quería ayuda y se la exigió a Jesucristo.
2) Quería ser reconocida
por su servicio. “Oye Jesús, mira lo que estoy haciendo”. Esto es orgullo. Ella no amaba a nadie con el amor "agape" (amor desinteresado). Quería recibir elogios
por sus esfuerzos.
El último problema con su priorización de la vida fue el más atroz.
3) Ella no entendía qué
era MÁS importante. Es bueno servir a los demás. Es MEJOR escuchar al Señor
Jesucristo cuando habla y enseña.
Tenemos hermanos y hermanas en la iglesia que sirven. Esto es bueno.
Debemos amar a los hermanos y hermanas con acciones. Pero, esto no es lo MEJOR que
podemos ofrecer al cuerpo de Cristo. Ofrecemos lo MEJOR cuando ofrecemos
nuestros servicios DESPUÉS de habernos encontrado con el Señor en Su palabra.
Después de haberLo escuchado en un estudio bíblico personal, pasando un tiempo
devocional personal diario con Él.
Es BUENO para nosotros “aprender” de María y Marta. Estas hermanas
fueron creadas por el Dios vivo hace más de 2000 años para que Jesucristo
pudiera enseñarles a ellas y a nosotros acerca de Sus prioridades. Jesús y Sus
enseñanzas primero; después el servicio humilde.
Y vale la pena pensar en la última parte de la declaración de Jesús: las
prioridades correctas de María permanecerán con ella. Para siempre. Necesitamos
aprender a poner a Jesucristo PRIMERO. Prioridad número UNO. Todo lo demás,
incluidos familiares y amigos, queda en un distante segundo lugar. Todo lo
demás es tan insignificante en comparación con la importancia que Jesucristo tiene
en nuestras vidas que parece “odio” (Lc. 14:26 – palabras de Jesús). ¿Quién es
Jesucristo en nuestra vida diaria? ¿Corremos y “hacemos” cosas – estando
ocupados – mientras Lo ignoramos? El deseo de María de comprender a Jesucristo
permanece con ella hasta el día de hoy. Y lo hizo hace más de 2.000 años.
"Piénsalo." 😊
Nuestro Señor es BUENO.
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