Wednesday, February 28, 2024

Guiado Por El Espíritu Santo - Podemos

2 Timoteo 1:7
Porque no nos ha dado Dios un espíritu de cobardía 
sino 
de poder, 
de amor y 
de dominio propio. 

Esta es la segunda (y última) carta de Pablo a su amigo, su “hijo” espiritual, su discípulo Timoteo. Timoteo era joven de edad. (1 Ti. 4:12) Al comienzo de esta carta final a Timoteo, Pablo lo anima a ser fuerte en el Señor.

Todos “sentimos” o “percibimos” dudas y temores sobre nosotros mismos cuando “actuamos” con fe. ¿Qué pensará la gente de mí si hablo de Jesucristo? Estas dudas, creadas por nuestra “carne” y sostenidas por el “mundo”, pueden ser superadas por el “poder” (dynamis – griego) del Espíritu Santo – si Le permitimos que nos guíe. En nosotros reside, a través del Espíritu Santo, el poder para hacer y decir las cosas que honran a Jesucristo. Y es por eso que permanecemos en esta vida después de “nacer de nuevo”. Somos Su cuerpo – Sus manos y pies – para “hacer” las cosas que Lo honran en esta vida. Tenemos el “poder” para hacer estas cosas que requieren fe. Necesitamos pedirLe al Espíritu Santo que nos ayude a superar nuestros miedos, dudas e inseguridades. Necesitamos alabar y honrar a Jesucristo en público. AnunciarLo a las personas que conocemos y encontramos.

Otro aspecto del Espíritu Santo que nos ayuda a hablar y pensar sólo en Jesucristo es el amor “ágape”. El amor desinteresado que sólo piensa en los demás. Si realmente amamos a quienes nos rodean, no dejaremos de hablar de Jesucristo. Si son miembros de nuestra familia inmediata – esposo, esposa, hijos O padres, primos, tíos O vecinos, conocidos, compañeros de trabajo – cualquiera y todos – hablaremos de Jesucristo. Porque Él ama de verdad. Si amamos sinceramente a los demás, nos daremos cuenta de que lo mejor que podemos hacer por ellos es animarlos a conocer (evangelizar) o crecer (discipular) en Jesucristo. En cada conversación, cada encuentro de cada día. No hay nada más importante. Nunca. En Él vivimos, nos movemos y existimos. (Hechos 17:28) Nuestros días deben estar llenos de conversaciones que se centren en Jesucristo.

El Espíritu Santo también proporciona dominio propio y prudencia. Ambas ideas se encuentran en la palabra (σωφρονισμός sōphrŏnismŏs) disciplina, es decir, autocontrol y mente sana. Debemos ser “conscientes” de lo que el Espíritu Santo quiere que hagamos y digamos. Somos testigos de Jesucristo en este mundo caído. Somos Sus manos y Sus pies. Debemos hacer y decir las cosas que Lo honran. Esto es mucho, mucho más importante que si “poseemos” cosas o “tenemos una vida mejor aquí”. Nacemos de nuevo para honrar a nuestro Salvador eterno. Así que hoy no seamos tímidos ni dudemos de nuestro propósito. Hablemos amorosamente de Jesucristo y vivamos una vida que demuestre el autocontrol y la prudencia de ser guiados por el Espíritu Santo. Todo el día. Hasta que nos vayamos a la cama esta noche. HonrarLo con nuestros pensamientos y vidas.

1 comment:

Jamás Me Olvidaré

Salmos 119:93  Jamás me olvidaré de Tus preceptos,  Porque por ellos me has vivificado. Es BUENO confiar en la palabra de DIOS. SU palabra e...