Psalms 121:2
Mi ayuda viene del Señor,
Que hizo los cielos y la tierra.
Somos seres frágiles e
inseguros. Literalmente. Levantamos pesas, corremos, trabajamos duro, nos
hacemos más fuertes, pero la “vida” puede llevarnos a donde quiera y en
cualquier momento. “Solo son un vapor que aparece por un poco de tiempo y luego
se desvanece”. (Santiago 4:14) Y a pesar de cuánta “fuerza” desarrollamos, en
el fondo de nuestro corazón “sabemos” que somos débiles. No podemos controlar
nuestras circunstancias. Lo malo sigue empeorando y “sentimos” crecer el
peligro que nos rodea. No podemos detenerlo. Somos seres frágiles e inseguros.
Nacimos en una vida llena de pecado y dolor. No pedimos estar aquí. No
pedimos circunstancias desafiantes y dolorosas. Elegimos pecar. Nadie tuvo que
invitarnos a pecar. Pecamos intencionalmente y con gusto. Nuestros pecados sólo
aumentaron la fragilidad y la inseguridad que percibimos. Nuestro estatus en
esta vida se ve debilitado por nuestros propios pecados.
¿Entonces, qué podemos hacer? Somos seres pecadores en una vida caída.
"Sabemos" que somos débiles. En el fondo, sabemos que no podemos
superar las circunstancias o los peligros que presenta esta vida. Somos seres
frágiles e inseguros.
Una persona sabia buscará ayuda de alguien más grande y más fuerte que
ella. La persona más sabia buscará la ayuda del Creador de todo. Basarán su
existencia en el Autor de la vida.
“Mi ayuda viene del Señor”. No hay nadie más grande y más fuerte que
Jesucristo. Un día regresará a la tierra (con nosotros al lado) en un caballo
blanco. Él hablará y los grandes ejércitos se derretirán. Él es fuerte. Él es
Dios. Y gobernará sobre la tierra durante 1,000 años. Lo ha declarado. Pasará.
Mientras tanto, mientras esperamos Su regreso. Tenemos que vivir la vida
de una persona frágil e insegura. No podemos controlar lo que nos sucede. PERO
– podemos confiar en Aquel que controla los cielos y la tierra. Él es el Autor
de todo. Y Él nos ama. Él es hesed. Él es amor fiel. Él, en Su gracia,
nos ha adoptado como Sus hijos. Con esta promesa en mente, debemos buscar la
ayuda de Aquel que tiene autoridad sobre todo. Él nos hará sentir “fuertes y
seguros”. No en lo que podemos hacer sino en QUIÉNES somos en Él. Pasaremos
para siempre con Él en el cielo. Mientras caminamos por aquí, confiemos en Él y
vivamos para Él. Él es el Creador de los cielos y la tierra y nos ama. Nos ama
mucho.
Favor de compartir aquí. Gracias.
ReplyDeleteGloria a Dios mi ayuda viene de él confiaré en Él
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