2 Timoteo 2:15
Procura con diligencia presentarte a Dios
aprobado,
como obrero que no tiene de qué avergonzarse,
que
maneja con precisión la palabra de verdad.
“Procura con diligencia”
es la traducción de la palabra griega - σπουδάζω (spoudazō) – un verbo griego
singular, imperativo, presente, activo, segunda persona (haz esto) - Ser especialmente concienzudo en el cumplimiento
de una obligación, ser celoso/ávido, esforzarse, hacer todo el esfuerzo posible
Esta palabra se coloca al principio de la oración, lo que a veces indica
énfasis en griego. Entonces, probablemente significa que Pablo le estaba
enfatizando a Timoteo, y a esas personas que Timoteo eligió (contexto del
capítulo 2) para estudiar la palabra de Dios con entusiasmo, con detalle, con
compromiso, con pasión.
¿Y cuál es la motivación de esta autodisciplina, de este afán, de esta
pasión? Entonces, individualmente (“tú” – verbo en segunda persona del
singular) puedes “presentarte aprobado ante Dios”. Piensa sobre esto. El mismo
Señor vivo y generoso nos exhorta a estudiar con afán, con detalle, con pasión
– Su palabra. Para que Él pueda aprobarnos. Su “aprobación” por el entusiasta
esfuerzo que “tu” haces para conocerLo en Su palabra.
¿Y cuál es el título que ganas si te dedicas a conocerLo a Él y a
Su palabra? Un “obrero". Alguien que tiene habilidades en su oficio. La Biblia es una “colección de libros” (cartas) escritos por diferentes hombres, en 3 idiomas diferentes, durante más de 1,500 años y abarca muchas culturas y escenarios
históricos. Cada “libro” (carta) de la Biblia tiene una audiencia específica y
un propósito específico para esa “audiencia”. A “ti” le toma tiempo aprender estos hechos. Requiere
tiempo y esfuerzo interconectar las verdades espirituales que alinean estos
diferentes libros y culturas (teología sistemática). Se necesitan años. Y
cuando todo está dicho y hecho, al final de años de esfuerzo, “tú” sabes que
“tú” no lo tienes todo “correcto”. Hay fallas en su comprensión e
interpretación. Pero “tú” sigues intentándolo. Sigues leyendo. Sigues estudiando.
Para honrar a Aquel que “te aprobará”. El Señor.
Porque “tú” quieres ser alguien que pueda “manejar” la Palabra de Dios
sin vergüenza. “Tú” quieres que lo que “tú” dices sobre el libro del Éxodo se
alinee con la carta a los Romanos. “Tu” luchas por una teología
sistemática que no se contradiga a sí misma. No hay vergüenza ni contradicción
en “tus” enseñanzas.
Para que puedas hablar con “precisión de la palabra de Dios”. Hay muchas
interpretaciones diversas de la palabra de Dios. Muchos. Pedro, el pescador sin
formación formal, de Galilea (una zona donde había muy pocas escuelas, si es
que había alguna), alentó a sus lectores a “ESTÉN SIEMPRE LISTOS PARA DEFENDER
(1 Pedro 3:15) la esperanza que hay en vosotros”. Hay “eruditos” que piensan
que el pescador Pedro no escribió 1ª y 2ª Pedro porque el griego es refinado y
demuestra una excelencia que estos “eruditos” piensan que Pedro no podría haber aprendido. Creo que Pedro entendió y
vivió lo que Pablo dice en 2 Timoteo – y Pedro estudió con pasión y precisión.
Quería honrar a Jesucristo con su vida. Y aprendió bien el griego. Para poder
honrar a Su Señor.
Hagamos todos lo mismo. Estudiemos con ganas, con pasión. Porque suceden
dos cosas muy importantes cuando estudiamos Su palabra. 1) Nos santificamos (Jn
17:17) – transformamos más como Él. Nuestros pensamientos se convierten en Sus pensamientos. Y
Jesucristo sabe que nuestros estudios tienen un costo. Nuestra “carne” no
quiere ser santificada. No quiere morir. Y – 2) Lo honramos. Estamos más preparados para defender
nuestras creencias y esperanzas. Y como Él conoce el costo, “aprobará” nuestro
esfuerzo por “conocerLo".
Así que, hermanos y hermanas, honremos más a Él y menos a nosotros
mismos. ¡Estudiemos Su palabra! Con afán, pasión, diligencia.
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
ReplyDelete