Santiago
4:10
Humíllense
en la presencia del Señor
y Él los exaltará.
Humíllame
en la presencia del Señor. Está bien. Suena bien.
“Intentaré".
¿No es esa la
mayor parte del problema? No sabemos
“cómo” definir la humildad. Entonces,
nuestro orgullo continúa dictando nuestras vidas.
"Lo único peor que tener un problema
grave es NO darte cuenta de que tienes un problema grave".
Y nuestro orgullo persiste obstinadamente. Creemos que sabemos más sobre nosotros mismos
y esta vida que lo que sabemos. Y nos
aferramos obstinadamente y con orgullo a nuestras demandas hacia Dios y Su
cuerpo. Estamos CONVENCIDOS de que “mi”
cultura, “mi” familia, “mis” experiencias son el “mejor” método para que todos
definan sus vidas. Y no “escuchamos” a
Dios en Su palabra.
Una
persona humilde se dará cuenta, comprenderá y creerá que es inadecuada. Completamente inadecuado para honrar a Dios o
servirLe. Comprenderán su propia
comprensión de sí mismos y su “vida” está distorsionada por el pecado y el
orgullo. Sabrán que no saben “cómo”
vivir esta vida que les ha sido prestada por el Señor soberano y amoroso. Y pedirán, desde lo más profundo de su
corazón – suplicarán – al Señor que les muestre “qué” ÉL quiere que hagan. “Cómo” deberían vivir la vida que Él ha
soplado en el polvo que llaman sus cuerpos.
Y DESPUÉS de
humillarnos. DESPUÉS de que buscamos SU
presencia y deseamos saber “qué” Él quiere que hagamos y seamos – Él nos
exalta. Y la exaltación PROBABLEMENTE no
ocurre en esta vida. El DESPUÉS es
DESPUÉS de que nos vayamos de aquí.
(DESPUÉS de que literalmente muramos y seamos colocados en un ataúd. Una
persona humilde NO será alabada en esta vida caída. Simplemente mire la vida de
Jesucristo, nuestro ejemplo perfecto de humildad).
Nuestros queridos
hermanos y hermanas que insisten en su “manera” de vivir la vida, se dañan a sí
mismos y a quienes los rodean. Y ni
siquiera se dan cuenta. Ni siquiera entienden que su exigencia de hacer “la
vida” a su manera les niega la oportunidad de servir a los demás y ser servidos
por los demás. El aislamiento provocado
por el orgullo divide. Y las relaciones
dañadas causadas por el orgullo son difíciles de sanar. Especialmente cuando el orgullo no es
reconocido. Un creyente que insiste en
“su” camino no es una persona humilde.
Pablo expresó la importancia de una actitud humilde en el cuerpo de
Cristo en su carta a la iglesia en Filipos:
“De modo que si hay algún consuelo
en Cristo, algún consuelo del amor, alguna participación del Espíritu, algún
afecto y simpatía,
2 completa mi alegría por tener el mismo sentir, tener el
mismo amor, estar en pleno acuerdo y unánimes.
3 No haces nada por ambición
egoísta o por vanidad, sino con humildad, considerad a los demás más
importantes que ustedes mismos”. (Filipenses 2:1-3)
Una
persona que entiende estas palabras y las vive no exigirá salirse con la
suya. Considerarán el daño causado a los
demás por su orgullo. Preferirán servir
a los demás y ser atendidos en áreas que no comprenden. Sería BUENO para todos
nosotros ser miembros humildes del cuerpo de Cristo. Todos deberíamos anhelar servir a los
demás. Debemos evitar ser egoístas a
toda costa. Si hacemos estas cosas, el
cuerpo de Cristo crecerá y florecerá. Si
no lo hacemos, no podremos crecer en cristianos maduros.
Cuando leemos la Biblia, tenemos que entender que no entendemos. Estamos leyendo los pensamientos de Dios mismo. Dios quiere hacernos más como Él y menos como nosotros. Al nivel humano, en caso de duda,
escuche a los demás y sírvales lo mejor que pueda en todas las circunstancias que se ofrece. Ésta es una actitud humilde.
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
ReplyDeleteGracias por su mensaje Pastor!
ReplyDelete"Lo único peor que tener un problema grave es NO darte cuenta de que tienes un problema grave".
Cómo podemos corregir ese error? Si nuestra mirada (De manera natural) está lista para ver el error en los demás y por otro lado el pecado nos deja ciegos y nuestro orgullo justifica nuestra maldad? Cuál es la salida?
La salida es de dos partes: dependencia total en El Espíritu Santo y sensibilidad al Espíritu Santo. No sabemos lo que Dios quiere. Si vamos a vivir una vida nueva - tenemos que comenzar con cambios. Esta dependencia nos guiará a aumentar nuestro conocimiento. El conocimiento ayudará que seamos transformados.
ReplyDeleteY otra ayuda es ser enseñable. Cuando llegamos deseosos de entender - somos humildes. Tenemos que desear de entender lo que Dios quiere.
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