Romanos 1:28
Como ellos no quisieron tener en cuenta a Dios,
Dios los entregó a una mente depravada,
para hacer cosas que no deben.
Hoy en
día hay mucha confusión en los Estados Unidos de América – y con razón. La gente arroja palabras – democracia,
libertad, capitalismo – ante un Dios santo – palabras vacías. Los Estados Unidos de América fueron (tiempo
pasado intencional) un “líder” en los asuntos mundiales por la gracia de
nuestro Señor soberano. Nuestra nación
no es más inteligente, más rápida ni más fuerte que cualquier otra nación. Nunca lo ha sido. Nuestro soberano y santo Señor decidió – antes
de crear el sol – que levantaría una
nación que inicialmente (un tanto confusamente – como todo lo que nosotros los
pecadores intentamos) Lo honraría.
Ningún ser humano puede vivir una vida que honre a Dios sin Su
intervención directa. Nadie. Pablo, en Romanos 3:10-18, aclara su
argumento contra la naturaleza humana:
“No hay justo, ni siquiera uno; No hay
quien entienda, No hay quien busque a Dios;
Todos se han desviado, a una se han vuelto inútiles; No hay quien haga el bien, ni siquiera hay
uno. Sepulcro abierto es su garganta, Con sus lenguas siguen engañando, Veneno
de áspides hay debajo de sus labios; Cuya boca está llena de maldición y
amargura; Sus pies se apresuran a derramar sangre, destrucción y miseria hay en
sus caminos, y el camino de la paz no han conocido. No hay temor de Dios ante sus ojos”.
Y si las palabras de Pablo son ciertas (y lo
son), obviamente no puede haber un buen gobierno o nación sin la intervención
soberana de Dios. Un gobierno es tan
“bueno” como el pueblo de donde provienen los líderes gubernamentales.
Hoy,
los Estados Unidos de América, en el plan soberano de Dios, han sido
“entregados a mentes depravadas”. El
pueblo de este país y sus líderes son pecadores orgullosos, egocéntricos y
hambrientos de poder. No hay sabiduría
en lo que hacen. Las decisiones tomadas
por quienes tienen “autoridad” sólo aceleran la destrucción de este país. Y no hay salida. Nuestro Señor soberano ha actuado y nadie
puede detenerlo ni impedirlo.
Los
“principios” cristianos que más o menos guiaron a este país durante casi
doscientos años ya no son “comunes”. No
existe el “sentido común”. Y todos
deberíamos aprender de lo que ha sucedido aquí.
No existe ningún gobierno diseñado por “hombres” que funcione sin el
respaldo de Dios. Si Dios no hubiera
dado sabiduría a los fundadores de este país y luego a las personas que lo
dirigieron, este país no habría “prosperado”.
El capitalismo sólo resulta en un dictador – rápidamente – si el Dios
verdadero no “actúa” sobre los líderes que implementan este sistema. ÉL permitió que este país fuera una “luz”
durante unos cientos de años. Y ahora,
en Su plan, el mundo está en camino de regresar a la “vida difícil” causada por
pecadores egoístas que no saben gobernarse a sí mismos de manera justa o
sabia. Nuestra única “esperanza” es y será
Jesucristo. Él siempre ha sido nuestra
única esperanza. Pero – en Su amor por
nosotros y por los demás – Él permitió un gobierno que intentó honrar Su
“camino” – Sus principios. Y ahora, ha
permitido que los líderes de este país se “deslicen” hacia el abismo moral en
el que todos nacemos. Nadie con
autoridad hace el bien. Nadie busca a
Dios. La codicia y el deseo de poder
sólo aumentan a medida que Su presencia disminuye.
Así
que – mis queridos hermanos y hermanas – hoy “esperaremos” en el Señor. Deberíamos ser “sabios”. Debemos entender lo que sucede a nuestro
alrededor. Los rápidos avances de la cruel
maldad exigen que actuemos hoy. Deberíamos
“estudiar / escudriñar” más la palabra de Dios. Necesitamos mantener a nuestros hijos un
poco más cerca de nosotros. Esta
vida sólo se vuelve más peligrosa (física y espiritualmente) para todos a
medida que nos deslizamos hacia el abismo moral que exigen los pecadores caídos. Y debemos alabar a nuestro Señor. Porque ÉL ha vencido a Satanás, el pecado y
la muerte. Serán arrojados al lago de
fuego a su debido tiempo. (Ap. 20) No necesitamos “temer” lo que está por
venir. Somos Sus hijos escogidos y
adoptados. Deberíamos crecer en nuestra
comprensión de Él y de Su verdad para que podamos “brillar” más en tiempos que
continúan oscureciéndose rápidamente.
Ahora, más que nunca (en la historia de este país), necesitamos “decir
la verdad en amor”. (Ef. 4:15)
Como ellos no quisieron tener en cuenta a Dios,
Dios los entregó a una mente depravada,
para hacer cosas que no deben.
Favor de compartir aquí lo que piensas de un país bendecido y confundido. Gracias.
ReplyDelete“Nuestra única esperanza es y será Jesucristo” En el descansamos.
ReplyDeleteSigamos perseverando y deseando cada día más conocerle para poder hacer su voluntad mientras esperamos su regreso.
Amén. Servimos a El y a otros mientras que la vida se desvía.
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