Sunday, January 26, 2025

Corazones Engañosos

Santiago 4:10
Humíllense en la presencia del Señor 
y Él los exaltará.

¿Qué tienes que sea tuyo?  ¿DIOS nos debe algo?  ¿Cualquier "cosa”?  Lo único que Dios nos debe (que merecemos) es el castigo.  ÉL ES santo.  NO lo somos.  Todo lo que percibimos y entendemos fue creado por ÉL para SU gloria.  ¿Y qué hacemos?  En lugar de glorificarLo a ÉL por crearnos, insistimos en que no tenemos “suficiente”.  “Suficiente” comida, ropa, dinero, comodidad, cosas… Y Le rogamos (oramos constantemente) que nos dé “más”.  Más dinero, más comida, más ropa, más “cosas”… Y no sólo “más” cosas – sino “más” seguridad, “más” satisfacción, “más” consuelo emocional, “más” amor, “más” cosas que no podemos ver, pero sí, demandamos...  Constantemente faltamos algo – varias cosas.  Y nos quejamos contra Dios de lo que nos hace falta – sea físico o emocional.

Exigimos “más” a DIOS porque somos pecadores.  Y no queremos considerar claramente nuestro estado pecaminoso.  No queremos ser honestos y sinceros acerca de nuestras demandas “orgullosas” a DIOS y a los demás. Insistimos en que nuestras “vidas” sean cómodas / complacientes.  No somos “pensativos” acerca de quiénes somos.  Pecadores.  Egoístas, orgullosos, exigentes – pecadores.  Miramos a nuestro alrededor y fácilmente vemos el pecado en los demás.  Sin embargo, evitamos continuamente la autorreflexión honesta.  No entendemos con claridad cuánto exigimos – cada día – a nuestro Creador.  

¿Y qué nos “debe” Dios?  Nada.  Ni una cosa.

Pero DIOS – en SU ​​gracia porque ÉL ES amor decidió no dejarnos a todos en nuestra condición egoísta, egocéntrica y orgullosa.  ÉL envió a SU único HIJO a morir una muerte propiciatoria.  SU santidad quedó satisfecha con la muerte agudísima dolorosa (espiritualmente – no físicamente – agudísima) de Jesucristo.  Si tan solo aprendiésemos la profundidad del engaño de nuestros corazones... Si tan sólo llegáramos a la honesta comprensión de que DIOS no nos debe y nunca nos debe ninguna cosa.

Cuando la profundidad de nuestra pecaminosidad se vuelve clara – nuestra humildad se vuelve real.  Ante ÉL, somos santos perdonados.  Indigno de todo lo que ÉL ha hecho por nosotros.  Y nosotros simplemente y sinceramente queremos honrarLO.  Queremos mostrar SU amor a los demás.  Vivimos para darnos a los demás.  Nuestras incesantes exigencias de tener más “cosas” se detienen.  No hay necesidad de tener “más” de nada.  Porque SU gracia – SU eterno amor y perdón hacia nosotros – ES suficiente.  Nuestro reconocimiento de quiénes somos – pecadores eternamente perdonados – nos permite vivir más libremente vidas que honran a DIOS.  A medida que vivimos vidas que Lo honran, ÉL (una vez más) nos colmará de más amor y gracia en SU ​​presencia.  Si nos humillamos porque ENTENDEMOS que no merecemos lo que ÉL ha hecho, serviremos más a los demás.  A medida que servimos más a los demás, nos volvemos más como ÉL.  Amamos a los demás porque ÉL nos amó primero.  Y nuestro amor nos motiva a servirLE a ÉL y a los demás.  Y ÉL promete exaltarnos mientras LE servimos a ÉL y a los demás.  Los primeros serán los últimos – y los últimos – los primeros.

Merece reflexión.   
Humíllense en la presencia del Señor
y Él los exaltará.

1 comment:

AMADOS Somos - Por SU Gracia Eterna

1 Juan 4:7  Amados,  amémonos unos a otros,  porque el amor es de Dios,  y todo el que ama es nacido de Dios  y conoce a Dios. Amados – ¡qué...