Marcos 4:9
Y añadió: “El que
tiene oídos para oír, que oiga”.
La
revelación de Dios a nosotros – Su pueblo escogido – se ha centrado – a lo
largo de la historia de la humanidad – en la comunicación hablada. Dios “habló” y creó la Creación. Dios ha realizado ocasionalmente milagros
físicos que podemos “ver”. Los usó para
demostrar Su poder y autoridad. El
enfoque del Antiguo y Nuevo Testamento es que “OÍMOS” la palabra del
Señor. Hoy tenemos Su PALABRA para
meditar y aprender de ella. Juan 1:1 –
“En el principio era la PALABRA (el Verbo), y la PALABRA (el Verbo) era con
Dios, y la PALABRA (el Verbo) era Dios”.
Otro nombre para nuestro Señor Jesucristo es “PALABRA”. (Apocalipsis 19:13) Se pronuncian palabras. Aprendemos con “palabras”. Debemos “ESCUCHAR” a la PALABRA.
El
capítulo 4 de Marcos comienza con Jesucristo enseñando en parábolas. Los líderes judíos habían comenzado su
persecución del Señor y Él respondió compartiendo la “verdad” en forma de
parábolas. Jesucristo usó conceptos de
esta vida que “conocemos” para explicar conceptos espirituales que nos cuesta
comprender.
El que tiene oídos para oír, que oiga. Esta es una declaración muy importante. La última palabra "oiga" es un
verbo singular, imperativo, activo y en tiempo presente. ¡HAZ esto! OIGA. Jesucristo explicó “cómo” la gente
respondería a Sus instrucciones en los versículos 1 – 8. Hay diferencias
dramáticas en los estilos de vida de aquellos que “oigan”. Termina Su parábola con – “OIGA”.
¿Cuánto
“tiempo” (realmente no tenemos ningún “tiempo” que nos pertenezca – nuestro
Creador nos permitió existir y ya ha contado nuestros días – sería prudente
“escuchar” este hecho) dedicas a meditar en SU palabra?
Salmo 19: 7-10 - La ley del Señor es
perfecta, reaviva el alma; el testimonio del Señor es seguro, que hace sabios a
los simples; los preceptos del Señor son
rectos, alegrando el corazón; el
mandamiento del Señor es puro, iluminando los ojos; el temor del Señor es limpio, duradero para
siempre; las reglas del Señor son verdaderas y justas por completo. Son más deseables que el oro, incluso
mucho oro fino; más dulce también que la miel y los goteos del panal.
Debemos
“OIR” Su Palabra. “OIR” con el corazón
abierto y un profundo deseo de CONOCERLO más.
Nuestros corazones pecaminosos nos engañan. Incluso cuando “intentamos” aprender y
escuchar a ÉL y SU PALABRA – nos distraemos, nos sentimos orgullosos y nos
desorientamos. Y las consecuencias de
nuestra capacidad de “OIR” están claramente definidas en Marcos 4:1-8. Por favor considere la importancia de honrar
a Jesucristo con toda su vida – hoy. “OIGA”.
Y añadió: “El que tiene oídos para oír, que oiga”.
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
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