Tuesday, April 1, 2025

El Consejo (Decreto) del Señor (Omnisciencia en Acción)

Salmos 33:11
El consejo del Señor permanece para siempre, 
Los designios de Su corazón de generación en generación.

Lo que el SEÑOR aconseja (decreta) ha ocurrido – ocurre – y ocurrirá. SU consejo permanece para siempre. No podemos explicar la existencia del mal. Sabemos que existe. También sabemos que DIOS no tienta a nadie. “Porque DIOS no puede ser tentado por el mal, ni ÉL tienta a nadie” (Santiago 1:13). Aquí es donde “vemos oscuramente por medio de un espejo”. (1 Cor. 13:12) El mal existe. DIOS no tienta a nadie. Podemos crear muchos obstáculos filosóficos pero al final – debemos admitirlo – DIOS ha decidido no revelar cómo surgió el mal.

Solo podemos SABER que SU consejo – SU decreto – permanece para siempre. No hay nada que haya sucedido o sucederá que ÉL no supiera de antemano. Y en SU ​​"conocimiento" previo del evento – ÉL es la "causa" última. Debe quedar claro que nadie debe sugerir jamás que DIOS es malo. ÉL no es malo. (Es blasfemia pensar que ÉL es malo). ÉL es perfectamente y eternamente SANTO. La santidad no puede ser mala. Nunca. Hay conversaciones profundas que se han mantenido a lo largo de los siglos que explican la diferencia entre "causa" y realidad. Hay sutiles distinciones entre ambos. Debemos SABER que nada puede existir jamás que DIOS no "causara" o "permitiera" que existiera. Sin embargo, ÉL es perfectamente SANTO. Y ÉL decidió a no explicarnos a nosotros – SUS criaturas – "cómo" sucedió esto. Solo podemos observar – confiar en Él – y obedecer.

Así que – por ahora – permanecemos en estos cuerpos de carne, débiles y pecaminosos, con la cabeza inclinada, avergonzados por el mal que cada uno de nosotros ha cometido. DIOS es soberano. ÉL sabe todo para siempre. ÉL sabe lo que haremos y diremos dentro de un millón de años. ÉL sabe que ha bendecido eternamente a quienes ÉL ha elegido. No porque hayamos hecho algo para merecer SU amor y gracia, sino porque quiso demostrar SU poder y amor a quienes ÉL eligió. (Romanos 9:23) 

Y, en la medida de lo posible, debemos esforzarnos por honrar a nuestro santo y omnisciente DIOS con nuestras vidas. ÉL pudo haber enviado a todos los humanos al infierno eterno. Todos merecemos ricamente SU justo castigo eterno. Pero DIOS – en SU gracia – decidió enviar a SU único HIJO a morir para que pudiéramos estar con ÉL para siempre.  Y el amor eterno mostrado en la cruz merece una respuesta sincera de nuestro parte – constreñidos por el amor de Cristo – vivimos por y para ÉL.

Este es SU consejo. SU decreto. El plan (singular).  Los designios (detalles) de SU corazón.  (Esto es un antropomorfismo – DIOS no tiene un "corazón" como los humanos – usa términos humanos para describir lo que ES y HACE para que podamos entenderLO un poco mejor). DIOS tiene un plan. Solo hay UN plan. Los humanos no pueden alterar SU plan, ni lo hacen. Lo vemos desarrollarse todos los días. Somos parte de SU plan eterno. La pregunta para nosotros es – ¿participaremos activamente en el desarrollo positivo de SU plan o lo desvirtuemos y perturbemos con nuestros deseos egoístas? Las contribuciones positivas que hagamos hoy a SU plan para SU gloria serán tesoros en el cielo. Las peticiones y acciones negativas y egoístas que tomemos hoy se "derretirá" – al igual que la creación maldita en la que vivimos actualmente (2 Pe. 3:12). La decisión es nuestra – todo el día – hoy. Porque observaremos SU plan desarrollarse hoy. Y ÉL LO SABE.
El consejo del Señor permanece para siempre, 
Los designios de Su corazón de generación en generación.

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