Job 14:5
Ciertamente sus días están determinados
y el
número de sus meses depende de Ti.
Tú le has fijado sus límites,
los cuales no
podrá traspasar.
Job
fue un hombre bendecido y sufriente. Igual que nosotros. Somos bendecidos por haber
sido creados. Y sufrimos al vivir con las consecuencias de nuestros pecados en
un mundo caído. En el “capítulo 14” (no hay capítulos en el libro de Job), Job
habla de la relación de Dios con SUS criaturas – “el hombre, nacido de mujer.”
Del polvo vinimos – al polvo volvemos. Y nuestro Creador SABE cada día de
nuestras vidas. Antes de nuestra llegada – ÉL SABÍA que leerías estas palabras
hoy. ÉL ES. Siempre existente, eternamente pensativo, siempre santo y siempre
bondadoso con los seres humanos que ÉL ELIGIÓ.
Y
“nuestros” días están determinados. No sabemos cuál será nuestro último
pensamiento en “nuestros” cuerpos de polvo (que el SEÑOR nos prestó). Tendremos
un último pensamiento antes de “dejar” estas “tiendas” llenas de pecado (2
Corintios 5) que nos encierran. Dejaremos nuestros cuerpos. Porque hemos
pecado. Y nuestros cuerpos de polvo deben volver al polvo del que están hechos.
(Excepción – si el rapto ocurre durante nuestra vida, dejaremos estos cuerpos
llenos de pecado y seremos colocados inmediatamente en cuerpos sobrenaturales e
inmortales). Pero en toda circunstancia, tendremos un último pensamiento en
estos cuerpos de polvo. Y nuestro CREADOR SABE ese último pensamiento desde
antes de crear el sol.
Y ÉL SABE
(y SABÍA) cada pensamiento y sentimiento que has tenido de cada segundo de tu
vida. Nuestros días están determinados. Llegamos a esta vida sin pedirlo.
Llegamos porque ÉL quiso que estuviéramos. Y en SU eterna bondad, ÉL murió por
nuestros pecados mientras pecábamos contra ÉL. Y ÉL SABE el último pensamiento
del último momento en que existiremos en estos cuerpos pecaminosos. Y ÉL espera
pacientemente (observando “nuestro” tiempo aunque ÉL existe fuera de este
tiempo), junto con la creación sufriente, a que seamos revestidos de cuerpos
inmortales.
Y no
podemos “pasar” el último momento de nuestras vidas “determinadas”. Cuando
“suceda” el último pensamiento que tendremos en estos cuerpos – seremos
liberados de estas prisiones a las que nos aferramos tan desesperada e
insensatamente. Nuestra “carne” es orgullosa y pecadora. Está convencida de ser
más importante de lo que realmente es. Para nosotros, que hemos sido
eternamente salvos y renacidos – nuestra carne es una prisión que quiere
desafiar a nuestro Creador. No hay nada “bueno” en nosotros aparte de DIOS.
(Rom. 3) Incluso después de ser salvos – el único “BUENO” que hacemos es
inspirado por ÉL. (Ef. 2:10) La consecuencia obvia de esta verdad es que
debemos anhelar “tomar nuestra cruz cada día y crucificarnos”, para poder
honrar a AQUEL que murió por nosotros – Jesucristo. Y debemos anhelar el
“último pensamiento” que tendremos en estos cuerpos de polvo egoístas y
orgullosos. Debemos anhelar “ser revestidos de cuerpos inmortales”. (Rom. 8:23)
Nuestro
DIOS sabe cuántos días nos “prestó”. Y cuando decide retirarnos – somos
retirados de estos cuerpos. Quienes nos rodean pueden llorar. Pueden sentir una
pérdida. Pero – si entienden quiénes somos bíblicamente, bajo esa pérdida se
encuentra la certeza de la bienaventuranza que aguarda a todos los que han sido
eternamente escogidos por nuestro soberano y amoroso SEÑOR. Es bueno SABER
(CONOCER) nuestro “fin”. ÉL nos ha dicho lo que ÉL hará. El libro de
Apocalipsis nos dice que somos bendecidos cuando leemos las palabras de nuestro
futuro venidero. DIOS quiere que sepamos que ÉL tiene el control. Nuestros días
están contados – por AQUEL que nos ama profundamente.
Ciertamente sus días están determinados
y el número de sus meses depende de Ti.
Tú le has fijado sus límites,
los cuales no podrá traspasar.
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
ReplyDelete