Romanos
3:25
a quien Dios
exhibió públicamente
como propiciación por Su sangre
a través
de la fe,
como demostración de Su justicia,
porque en Su tolerancia,
Dios pasó
por alto los pecados cometidos anteriormente,
La salvación no
fue provista de forma oculta ni mágica. DIOS no guiñó un ojo (hizo la vista
gorda) y perdonó todos los pecados de SUS elegidos. ÉL es inmutable. ÉL es
perfectamente santo. Eternamente santo. ÉL tuvo que imponer un castigo
perfectamente justo y eterno por cada pecador que quería perdonar. Y esto - LO
hizo. Colocó todos los pecados de todos aquellos a quienes perdonaría sobre SU
único HIJO. Exactamente qué significa esto – damos un paso por atrás y nos maravillemos.
La ira y el sufrimiento que se derramaron sobre el HIJO cuando fue desamparado
(las palabras de Jesús desde la cruz – Mt. 27:26; Mc. 15:34) están más allá de
nuestra comprensión. No podemos comprender lo que el HIJO soportó por nosotros.
DIOS hizo esto públicamente.
ÉL no “inventó” la salvación en las “nubes”. ÉL “salvó” a los pecadores delante
del “mundo” que ÉL creó. ÉL no “engañó”. ÉL no puede “engañar”. ÉL ES santo.
Para perdonar a SUS hijos escogidos (pecadores), ÉL tuvo que satisfacer
(propiciar) SU santa y eterna ira hacia aquellos que pecaron contra ÉL. ÉL hizo
crucificar públicamente a SU único HIJO. Lucas explicó el plan soberano de DIOS
de esta manera: “Este fue entregado por el plan predeterminado y el previo
conocimiento de DIOS, y ustedes LO clavaron en una cruz por manos de impíos y LO mataron” (Hechos 2:23). DIOS hizo crucificar públicamente a SU HIJO para que
el “mundo” pueda “conocer” SU santidad. JESUCRISTO fue colgado en un árbol (madero
– maldito – Deu. 21:22-23) humillado públicamente. Hebreos 12:2 - puestos los
ojos en JESÚS, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante
de ÉL soportó la cruz, despreciando la vergüenza, y se ha
sentado a la diestra del trono de DIOS.
Jesucristo despreció
la vergüenza que sufrió en la cruz. ÉL ES DIOS. ÉL fue colgado
públicamente en una cruz – y ÉL despreció la vergüenza que esto LE causó. La
próxima vez que estés en público y sientas la oportunidad de compartir a
Jesucristo – ¡hazlo! Nuestro SEÑOR soportó mucha más vergüenza por nosotros de
la que nosotros jamás podríamos soportar por ÉL. (Ni debemos sentir vergüenza si entendemos qué es el amor verdadero. El amor verdadero busca el bienestar de lo recipiente. Como Jesucristo nos amó.) ÉL soportó mucho más
sufrimiento – en público – de lo que nosotros jamás podríamos. Debemos
compartirLO a ÉL y SU amor con los demás. A menudo. En todas partes. En cualquier lugar.
Nuestros pecados son perdonados porque ÉL satisfizo (propició) la ira de Dios
hacia nosotros delante de todos.
Hoy llevamos “cruces”
como símbolo de nuestra fe. Para JESUCRISTO, era un lugar de vergüenza y
sufrimiento. Es BUENO que llevemos cruces o las exhibamos públicamente. Es aún
mejor si lo hacemos con humildad. Nuestras cruces de “oro” y “plata” son aún
más beneficiosas para nosotros y para quienes las ven si compartimos su
significado, imbuidos de la vergüenza que la cruz LE causó a nuestro SEÑOR. Es
bueno honrarLO. ¡ÉL soportó mucho por nosotros! HonrémosLO con nuestras vidas.
Compartamos SU amor a menudo. Con humildad. Porque ÉL es humilde. Sin embargo –
ÉL es Dios.
a quien Dios
exhibió públicamente
como propiciación por Su sangre
a través de la fe,
como demostración de Su justicia,
porque en Su tolerancia,
Dios pasó por alto los pecados cometidos anteriormente,
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