Wednesday, April 23, 2025

Propiciación Explicado (No Lo Abres Hasta Estás En Un Lugar Callado y Tranquilo)

Romanos 3:25  
a quien Dios exhibió públicamente 
como propiciación 
por Su sangre a través de la fe, 
como demostración de Su justicia, 
porque en Su tolerancia, 
Dios pasó por alto los pecados cometidos anteriormente,

¡Ponte a pensar hoy! 😊 

La palabra para "propiciación" en Romanos 3:25 – en griego koiné – es un sustantivo: λαστήριον (hilasterion véase Éxodo 25:17-22). Significa "propiciatorio" ("silla" de misericordia). En el Antiguo Testamento, el propiciatorio es un trono de gracia debido a la propiciación. La sangre sacrificial rociada sobre la tapa del arca, donde se encontraba la presencia de Jehová, cambió lo que de otro modo sería una escena de terrible juicio en una llena de misericordia, convirtiéndola en cierta medida en el propiciatorio. Sin embargo, la sangre animal fue eficaz solo en la medida en que proporcionó una base justa sobre la cual Dios pudiera pasar por alto los pecados hasta que Jesucristo viniera y derramara Su propia sangre por ellos. Dios fue propiciado anteriormente solo hasta el punto de diferir el juicio.

En el Nuevo Testamento, Jesucristo, al ser rociado, por así decirlo, con Su propia sangre sobre Su Cuerpo en el Gólgota, se convierte en el Propiciatorio. Él es el Propiciador y ha propiciado al responder de tal manera a las justas exigencias de la santidad de Dios contra el pecado, que el cielo se vuelve propicio. Esta existencia de propiciación debe ser creída. Ciertamente, no se debe pedir el cambio si ya se ha realizado. Las compuertas de la misericordia divina están abiertas; sin embargo, el flujo fluye solo a través del canal que es Jesucristo como Propiciador.

La propiciación es el lado divino de la obra de Jesucristo en la cruz. La muerte de Jesucristo por el pecado del mundo cambió por completo la relación de la humanidad con Dios, pues Él reconoce lo que Jesucristo hizo por el mundo, independientemente de si el hombre entra en él o no. Nunca se dice que Dios esté reconciliado, pero Su actitud hacia el mundo cambió cuando la relación del mundo con Él cambia radicalmente mediante la muerte de Jesucristo.

Dios es propicio con los no salvos y con el santo pecador: “Y Él es la propiciación por nuestros pecados; y no solo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo” (1 Juan 2:2). Cabe destacar que Dios salva a un pecador o restaura a un santo sin agredir ni siquiera criticar. Con demasiada frecuencia se supone que el arrepentimiento y la tristeza humanos ablandan el corazón de Dios y lo hacen propicio. Esto no puede ser cierto. Es el hecho legal de que Jesucristo cargó con todos los pecados lo que hace a Dios propicio.

La verdad más determinante con la cual debe armonizarse toda predicación del evangelio es que Dios es propicio; de esta manera se le quita toda la carga al pecador o cristiano, dejándole solamente creer que al llevar Cristo su pecado, Dios es propicio (satisfecho).

El publicano subió al templo a orar después de haber presentado su sacrificio, como era costumbre (Lucas 18:13). La Versión Autorizada relata que dijo: “Dios, sé misericordioso a mí, pecador”. Lo que realmente oró fue (R.V. marg.): “Dios, sé propicio (λάσκομαι hilaskomai - verbo - propiciar) a mí, pecador".  No pidió misericordia como si debiera persuadir a Dios para que fuera propicio, sino en plena armonía con la relación existente entre el pueblo del pacto del Antiguo Testamento y Dios, y con base en su ofrenda o sacrificio, le pidió a Dios que fuera propicio sobre esa base especial. Tal oración, desde la muerte de Jesucristo, es completamente errónea. En la presente era de gracia, no es necesario pedirLE a Dios simplemente que sea misericordioso con el pecado, pues no puede serlo. Además, dado que la muerte de Jesucristo hizo a Dios propicio, ni siquiera hay motivo para pedirLE que sea propiciado. De hecho, hacerlo se convierte en una incredulidad absoluta, y la incredulidad no puede salvar a nadie. El Cuerpo rociado con sangre de Jesucristo en la cruz se convirtió hace mucho tiempo en el propiciatorio para el pecador, de una vez por todas. Es allí, pues, donde Dios, en justicia, puede encontrar al pecador con la salvación y restaurar al santo a la comunión. El propiciatorio se convierte en un trono perpetuo de gracia. Lo que de otro modo sería un terrible trono de juicio se transforma en uno de infinita misericordia.

(Todas las notas de hoy son directamente traducidas del libro de 
Lewis Sperry Chafer - Teología Sistematica
Se ofrece estos libros en español.)

Cuando crecemos en conocimiento - se aumenta nuestro entendimiento de 
Su gracia sobre nosotros.  
a quien Dios exhibió públicamente 
como propiciación 
por Su sangre a través de la fe, 
como demostración de Su justicia, 
porque en Su tolerancia, 
Dios pasó por alto los pecados cometidos anteriormente,

1 comment:

AMADOS Somos - Por SU Gracia Eterna

1 Juan 4:7  Amados,  amémonos unos a otros,  porque el amor es de Dios,  y todo el que ama es nacido de Dios  y conoce a Dios. Amados – ¡qué...